Nubla las perspectivas sobre el desempeño de la economía mexicana, señala la calificadora
Retrasar la conclusión del proceso afectará la calificación respecto de la solvencia del país
Miércoles 21 de febrero de 2018, p. 22
El lento avance en la renegociación del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN) constituye un factor de incertidumbre
que nubla las perspectivas
sobre el desempeño de la economía mexicana, advirtió ayer Moody’s Investors Service. A ese panorama se añade la renovación de la Presidencia de la República en julio próximo y la actitud del próximo gobierno sobre el pacto comercial con Canadá y Estados Unidos, consideró.
Los tiempos ya van justos. Cinco días antes de que se realice en Ciudad de México la séptima ronda de renegociación del acuerdo, Moody’s consideró que retrasar la conclusión del proceso afectará la perspectiva de crecimiento e incluso la calificación sobre la solvencia del país.
Un proceso de renegociación entre México, Estados Unidos y Canadá que se extienda más allá de marzo próximo pesa sobre el perfil crediticio de las obligaciones de deuda avaladas por el gobierno mexicano, consideró.
La extensión del proceso negociador haría coincidir las pláticas con la elección presidencial de julio próximo. La actitud de la próxima administración mexicana, que se encargaría de completar las renegociaciones del TLCAN, podría agregar otra capa de incertidumbre al resultado
, añadió.
México tiene calificación de grado de inversión, lo que entraña un riesgo de incumplimiento muy poco probable y, por tanto, se financia con mejores condiciones.
Moody’s Investors Service dijo que su escenario de referencia es que los tres países firmantes del TLCAN llegarán a un acuerdo para un tratado revisado a finales de 2018.
Una renegociación exitosa respaldaría una ligera aceleración en el crecimiento de México en 2018 y 2019 a un rango de entre 2 y 2.5 por ciento anual, comentó.
Moody’s también evaluó resultados alternativos que podrían ocurrir si las conversaciones se extienden más allá del primer trimestre de 2018, con el riesgo más severo de una retirada unilateral de Estados Unidos del tratado original, lo que pesa sobre el perfil crediticio de México
.
En el primer escenario alternativo planteado por Moody’s, las negociaciones siguen después del plazo inicial del primero de abril de 2018, pero se continúa avanzando. En este escenario, México, Canadá y Estados Unidos finalmente llegan a un acuerdo para actualizar el TLCAN, muy probablemente a mediados de 2019. La continuidad de las políticas reduce la incertidumbre, respalda la inversión y el crecimiento a mediano plazo. La previsión de crecimiento para México se mantiene entre 2 y 2.5 por ciento.
El segundo escenario planteado por la firma calificadora contempla el fin del TLCAN, pero la relación comercial entre Estados Unidos y México avanza hacia un acuerdo bilateral basado en las normas de la Organización Mundial de Comercio (OMC), bajo las cuales las exportaciones mexicanas a Estados Unidos pagarían un arancel promedio de 2.5 por ciento. Hoy, con el TLCAN el impuesto es cero.
En el supuesto de que se mantienen las reglas de la OMC, continuó Moody’s, la pérdida del TLCAN no sería demasiado dañina para las perspectivas de crecimiento a largo plazo de México, y los efectos más fuertes se sentirían en las variables financieras a corto plazo en lugar de los fundamentos a más largo plazo.
Depreciación
En este caso el peso podría depreciarse hasta 30 por ciento, pero el efecto sería transitorio y la moneda mexicana vería una corrección moderada a partir de entonces. La economía crecería entre 0.5 y 1.5 por ciento.
Finalmente, en el supuesto más pesimista, podría haber una transición acentuada en la que Estados Unidos salga del TLC e imponga restricciones comerciales a México, lo que provocará una recesión económica en México
, afirmó Moody’s.
Este escenario considera los efectos del fin del TLCAN, donde Estados Unidos impone selectivamente aranceles más altos que los permitidos por las normas de la OMC en varios casos, además de introducir barreras no arancelarias al comercio.
La magnitud y duración del choque sería significativamente mayor. El principal riesgo en este escenario está relacionado con el elevado nivel de incertidumbre asociado con las políticas comerciales de Estados Unidos y la reacción de las autoridades mexicanas al respecto. El impacto asociado con este escenario sería menos severo, pero más prolongado que el observado en 2009
, apuntó.