El empobrecimiento de las masas y lo que significa la cuestión social debe detonar un reclamo nacional en contra de la desigualdad y por el abatimiento pronto y sostenido de la pobreza extrema, dijo Rolando Cordera Campos, profesor emérito de la Facultad de Economía de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).

En la presentación de su libro La perenne desigualdad, publicado por el Fondo de Cultura Económica (FCE), efectuada ayer en la edición 39 de la Feria Internacional del Libro del Palacio de Minería, Cordera explicó que su obra está pensada como una convocatoria, como una ayuda de memoria para plantearnos la necesidad de dar a la desigualdad celeridad desde el punto de vista académico, intelectual incluso técnico, pues muchos coincidimos en sostener que la desigualdad por sus características y ramificaciones está marcando todo el conjunto de nuestra vida social, y cada vez más afecta nuestra incipiente vida democrática en la escena pública.

El autor de ese libro, articulado por una serie de ensayos escritos desde finales del siglo XX, destacó que la desigualdad social y económica es un problema nacional y en sus textos explora tentativamente algunas líneas maestras de lo que podría ser una política y una estrategia para enfrentar la cuestión social.

Conocimiento e información

Rolando Cordera sostuvo que este año, por la coyuntura política de la sucesión presidencial y la competencia electoral, es una oportunidad para impulsar el debate en torno a la cuestión social mexicana y el empobrecimiento de las masas.

En México tenemos conciencia, conocimiento de dicha cuestión social y cada vez más información sobre la manera en que esta cuestión social ha evolucionado y se ha vuelto cada vez más compleja; se ha humanizado.

Explicó que el desafío central que emerge y articula la cuestión social es de nuevo, como a principios del siglo XX, la desigualdad económica y social que se reproduce en el tiempo y en el espacio en la estructura de las clases sociales.

Estamos entre ciudadanos y súbditos y por ahí nos hemos movido, incluso, a pesar de que el régimen político cambió. El autor planteó que el ciudadano debe ser consciente de sus derechos y obligaciones, además de que vive en un estado creado para servir y no para servicio de ellos.

Antes de concluir, Rolando Cordera recordó el movimiento estudiantil popular de 1968, que este año conmemora su 50 aniversario, y lo consideró un despertar, una gran llamarada encabezada por la juventud que se convirtió en gran reclamo democrático y social, pues después hubo una oleada de movimientos sociales.

“La democracia y la política –añadió el colaborador de La Jornada– deben plantearse el tema del poder y de la igualdad; tienen que ir más allá del primero de julio donde todos somos iguales al ejercer el voto, pero la igualdad viene a decir algo más. La igualdad es central para mantener la democracia del Estado.”

En ese acto realizado en el auditorio seis del Palacio de Minería, Ricardo Fuentes Nieva dijo que el libro de Cordera es interesante porque permite ver cómo el Estado ha fallado y se ha convertido en un estado débil que necesita fortalecerse para ejercer mejor los recursos públicos y beneficiar a los más vulnerables. Añadió que los signos de marginación, de exclusión, vulnerabilidad, que se repiten a través de las generaciones, es la gran tragedia de México.