Teruel.

El cineasta Luis Buñuel vuelve a protagonizar las páginas de la revista Turia con material inédito.

Si el pasado año, la publicación cultural dedicó un monográfico a analizar la etapa de Buñuel en México, ahora da a conocer una parte de su correspondencia: la que mantuvo con su gran amigo y colaborador Jean-Claude Carrière.

En su número de marzo, Turia desvelará varias cartas del epistolario Buñuel-Carrière relativas a una de sus grandes películas, Bella de día, y al proyecto nunca filmado sobre Las bombas de Palomares.

Por otra parte, la edición se ocupa también de glosar la brillante labor realizada por el historiador Alberto Gil Novales, gran estudioso del liberalismo español, fallecido hace poco más de un año.

Desde que Carrière conoció a Buñuel en el festival de Cannes de 1963, puede decirse que fue, a excepción de su mujer Jeanne, la persona con la que más tiempo y mayor intensidad convivió el célebre director de cine.

Carrière y Buñuel pasaban juntos largas temporadas trabajando en los guiones pero, en los intervalos de dichos encuentros, “llenaban el vacío informativo y la necesidad de saber el uno del otro mediante el ejercicio del género epistolar, en el que, como tantas veces solía repetir, Buñuel se consideraba un auténtico ágrafo; a pesar de ello en el archivo particular de Carrière –de donde proceden– hay 73 cartas suyas, un número bastante considerable, frente a las 18 escritas por el francés, conservadas en la Filmoteca Española de Madrid”.

Respuesta desde México

Según Javier Herrera, uno de los grandes especialistas en el cineasta, “las cartas de Buñuel –la mitad escritas en francés y la otra en español– abarcan una cronología que se inicia en México el 6 de noviembre de 1965 en respuesta a una de Carriére en París del 25 de octubre relacionadas ambas con la escritura del guion de El monje, y concluye el 10 de abril de 1983 también en México, pocos meses antes de su muerte (acaso la última que escribió)”.

Presenta una selección que gira en torno a dos cuestiones: las relacionadas con Bella de día y con Las bombas de Palomares, un proyecto nunca realizado.

Por ejemplo, la primera noticia sobre la película que protagonizara Catherine Deneuve la encontramos en una carta de Buñuel fechada el abril de 1966: “Entre nosotros, tema absurdo pero tentador... Se trata de Bella de día, de Kessel. Un ensayo sobre putas con conflictos espantosos entre el Super Ego y el Ello... ¡Todo lo contrario de lo que pretende el cine moderno! Un argumento, muy, muy organizado dentro de un artificio muy atractivo”.