Aines y triptanes, aún son los mejores medicamentos
Sábado 10 de marzo de 2018, p. 31
Se estima que desde el periodo Neolítico, la humanidad ha tratado de combatir el dolor de cabeza de diversas formas, que van desde hacerlo con herramientas naturales e incluso místicas hasta nuevas fórmulas científicas.
Carlos Miguel Villalón Herrera, investigador del Departamento de Farmacobiología del Cinvestav, estudia la historia de los tratamientos de una de las cefaleas que más afecta a la población mundial: la migraña.
De acuerdo con la Organización Mundial de la Salud, la migraña afecta a 30 por ciento de las personas entre 18 y 65 años que han sufrido una cefalea, aunque su mayor prevalencia se encuentra en adultos entre los 35 y 45 años de edad. Además, por razones hormonales es tres veces más frecuente en mujeres que en hombres.
Las cefaleas se clasifican en primarias y secundarias, de acuerdo con el origen del malestar. La migraña pertenece al grupo de las cefaleas primarias, que son trastornos o síndromes de causas poco conocidas y que no resultan de otra enfermedad o traumatismo, por lo cual habitualmente representan nulo riesgo directo para la vida de quienes la padecen, pero sí disminuyen dramáticamente la calidad de vida y representan elevados costos tanto para la familia del paciente como para la sociedad.
Actualmente, el tratamiento de la migraña se enfoca en cuatro tipos de medicamentos que son indicados de acuerdo con las características de cada paciente, que van desde los clásicos antiinflamatorios no esteroideos (Aines), como la aspirina, hasta terapias de avanzada, como los triptanes y ditanes, los gepanes y los anticuerpos monoclonales CGRPérgicos.
Villalón Herrera refirió que si bien los Aines son muy populares, por ser accesibles y fáciles de administrar, también pueden producir dolor de cabeza crónico cuando se usan en exceso.
Por otro lado, los triptanes representan un avance importante, al ser vasoconstrictores craneales selectivos, pero pueden producir vasoconstricción coronaria en algunas personas.
Los gepanes y los anticuerpos monoclonales CGRPérgicos carecen de actividad vasoconstrictora; esto podría permitir su uso en pacientes con patologías cardiovasculares. Sin embargo, los primeros producen hepatotoxicidad a largo plazo, mientras que los anticuerpos monoclonales CGRPérgicos no producen tal efecto tóxico, son efectivos y sólo se administran intravenosamente una vez cada 45 días en promedio.
De acuerdo con el investigador, se espera que en uno o dos años, los estudios clínicos en progreso revelen de una manera definitiva si el tratamiento con estos anticuerpos monoclonales novedosos es seguro. Mientras tanto, los Aines y los triptanes siguen representando las alternativas antimigrañosas más seguras.