La imposición de aranceles al acero y aluminio provocará que la economía de Estados Unidos pierda cinco empleos por cada uno que se genere en las industrias metálicas, estimaron analistas financieros.

De acuerdo con un reporte de Scotiabank, las nuevas tarifas provocarán una mayor presió sobre la inflación estadunidense (al encarecerse los precios de tales insumos, los cuales son muy importantes en varios procesos productivos), así como una caída neta en el empleo.

Detalla que de acuerdo con un reporte de The Trade Parternship, si bien podrían crearse 33 mil 464 empleos en las industrias metálicas, muchas otras ramas de la actividad económica perderían empleos, con lo que al final habría una pérdida neta de 146 mil.

Es decir, se pierden cinco trabajos actuales en la economía por cada nuevo trabajo creado en estas industrias.

Detalla que entre las ramas más afectadas de la economía se encontrarían la construcción y el comercio y distribución, con 28 mil y 34 mil empleos perdidos, respectivamente.

Los especialistas de Scotiabank calificaron la decisión del presidente Donald Trump como un evento muy desafortunado para las perspectivas de la economía mundial, pues la aplicación de tarifas a la importación del acero y aluminio, de 25 y 10 por ciento en cada caso, podría provocar que China o la Unión Europea decidieran aplicar gravámenes a productos estadunidenses.

Podríamos estar en las primeras etapas de una guerra comercial, lo que podría generar efectos muy negativos para el comercio, el crecimiento mundial y los mercados financieros.

Si bien reconocieron que México y Canadá fueron excluidos, por ahora, de estas tarifas, señalaron que también se advirtió que la exclusión dependía de que el Tratado de Libre Comercio de América del Norte se renegociara de forma favorable.

Analistas de Banorte señalaron que si bien la semana pasada había dudas sobre la habilidad de Trump de cumplir con su amenaza, debido a que se pensaba que encontraría resistencia tanto del Congreso como de empresas estadunidenses que utilizan estas materias primas, Trump evocó la seguridad nacional como el principal motivo para imponer los aranceles, lo que le dio la posibilidad de tomar esta medida como una orden ejecutiva, sin tener que pasar por el Congreso.

En el caso del sector privado, señalaron que a principios de la semana se comentaba que Gary Cohn, en ese momento asesor en materia económica, estaba organizando una reunión del presidente con ejecutivos de los grupos empresariales afectados. No obstante, no sólo no tuvo lugar la reunión, sino que Gary Cohn dimitió de su cargo, antes de que el presidente firmara la orden ejecutiva el 8 de marzo.

En este contexto, no cabe duda de que empresas como Boeing, Caterpillar, Ford, así como los fabricantes de cerveza, barcos, gasoductos y aire acondicionado se verán afectados, mientras empresas siderúrgicas, como Century Aluminium y US Steel, serán beneficiadas por la medida.

Detallaron que en el caso de los aliados estadunidenses, entre los principales afectados están los países de la Unión Europea, Canadá, Corea del Sur, México, Brasil y Japón.