Diez minutos antes de que Luis Pantera Nery subiera a la báscula en Tokio, le avisaron al ex boxeador Jorge Travieso Arce que había problemas. El tijuanense tenía cinco libras sobre el límite de las 118 de la división gallo y sólo un par de horas para intentar desaparecerlas.

Arce, experto en los trucos del cuadrilátero, asumió la emergencia aquel 28 de febrero de 2018. El peor de los escenarios era que se suspendiera el combate, por lo que echó mano a los métodos rudimentarios del viejo boxeo.

Lo bajé de peso en el cuarto del hotel, cuenta Arce; con el sauna a todo, con la calefacción alta y bajo las cobijas, lo puse a saltar la cuerda y a hacer sombra: era lo que hacíamos todos antes.

Logró reducir tres libras. Fue lo más que pudo hacer el Travieso. La pelea siguió, pero Pantera Nery perdió el campeonato mundial gallo del Consejo Mundial de Boxeo por no dar el peso reglamentario. De nada importó que noqueara el primero de marzo, un día después, al rival japonés Shinsuke Yamanaka.

Yo ni lo conocía, explica Arce; fui a Japón a trabajar y antes del pesaje fue cuando me avisaron. Si me hubieran dicho unos días antes, lo bajo al límite, pero lo puse hasta donde me fue posible.

Las consecuencias: la prohibición para pelear en Japón, la pérdida del título, una sanción indefinida por el CMB, pero la más severa fue el juicio público, que lo acusó de irresponsable.

Arce, solidario antes de todo con el gremio al que perteneció, considera excesivo el juicio y las sanciones contra Nery.

A mí me parece injusto que lo tachen de irresponsable, porque no saben lo que un boxeador sufre para dar el peso, desde no comer, meterse al sauna, sólo tomar agua, es duro, reclama Arce; le hicieron una imagen que no corresponde a la realidad ni es justa.

Arce considera que incluso el CMB debe ser más empático.