Chilpancingo, Gro.

El obispo de la diócesis Chilpancingo-Chilapa, Salvador Rangel Mendoza, afirmó que hace un mes denunció que la planta de Coca-Cola en el municipio de Ciudad Altamirano, en la región de la Tierra Caliente, estaba en problemas. Desgraciadamente (los delincuentes) están ahogando a las industrias que traen progreso a la entidad, dijo.

Entrevistado en el zócalo de esta capital después de la misa de Domingo de Ramos, el también administrador de la diócesis de Ciudad Altamirano consideró que las autoridades deben hacer todo lo posible para proteger estas industrias, pues en Altamirano se vive una situación parecida a la de Chilpancingo.

El viernes pasado, Coca-Cola Femsa anunció el cierre de su planta en Ciudad Altamirano por el hostigamiento de grupos de la delincuencia organizada. El gobierno del estado lamentó la decisión y reconoció que falta coordinación para proteger la zona.

Terrible extorsión en Ciudad Altamirano

En un comunicado, la empresa expuso que esa medida se tomó luego de dos meses de amenazas y agresiones contra sus trabajadores y ante la ausencia de estado de derecho y la prevalencia de la impunidad.

Rangel Mendoza señaló que la extorsión en Altamirano) es terrible. Ojalá podamos entenderlo (para que) haya paz en el estado.

Reconoció además que en la región de la Tierra Caliente, el sacerdocio siempre es un trabajo riesgoso, pero vale la pena. El obispo no puede echarse para atrás. Tenemos que dar ejemplo de valentía .

En su homilía, ante más de 2 mil feligreses que llenaron la plaza principal de Chilpancingo, expresó que la Semana Santa no es un mero recuerdo de lo que le sucedió a Cristo hace 2 mil años; sabemos del los problemas que tenemos en México. Pidamos a Jesús que nos dé su paz y tranquilidad, y que nos quite los temores.

El prelado también habló del proceso electoral. Escuchamos tantas voces y tantas promesas, a tanta gente que quiere justificar lo que no tiene justificación. Vivimos un tiempo decisivo.