Martes 27 de marzo de 2018, p. 22
Washington.
El asesor comercial de la Casa Blanca, Peter Navarro, confirmó este lunes que el presidente Donald Trump pidió a Steven Mnuchin y a Robert Lighthizer intentar resolver las diferencias comerciales con China. The Wall Street Journal, basado en fuentes anónimas, reportó que, en una carta enviada a China la semana pasada, Estados Unidos le había pedido la reducción de impuestos a los autos importados, permitir a los extranjeros ser dueños mayoritarios de firmas de servicios financieros y comprar más chips estadunidenses. Lo anterior lo confirmó una persona con conocimiento de las discusiones.
El primer ministro de China, Li Keqiang, dijo que su país y Estados Unidos deberían mantener negociaciones, y reiteró sus promesas de que facilitará el acceso a las empresas estadunidenses a los mercados chinos.
En una conferencia en la que participaron presidentes ejecutivos de empresas globales, Li dijo que China tratará de forma equitativa a las firmas foráneas y locales, que no obligará a las extranjeras a hacer una transferencia de tecnología y fortalecerá los derechos de propiedad intelectual.
Sobre los desequilibrios comerciales, China y Estados Unidos deberían adoptar una actitud pragmática y racional, promover el equilibrio mediante la expansión del comercio y comprometerse con las negociaciones para resolver diferencias y fricciones
, comentó Li en la conferencia en Pekín.
El enviado chino Zhang Xiangchen llamó ayer a los miembros de la Organización Mundial de Comercio a unirse para impedir que Estados Unidos estropee la entidad y a que se opongan a los aranceles anunciados por ese país contra el supuesto robo de propiedad intelectual chino.
La UE analiza imponer aranceles
La Unión Europea (UE) comenzó un estudio ayer para determinar si por los aranceles a las importaciones de metales impuestos por Trump se requiere actuar para evitar que los productores, asiáticos la mayoría, inunden Europa de acero. Los aranceles de 25 por ciento al acero y de 10 por ciento al aluminio entraron en vigor el pasado viernes.
El estudio podría durar nueve meses y llevar a la UE a imponer sus propios aranceles o cuotas al acero para proteger su industria.
La UE y otros seis países están exentos en forma temporal –incluidos México y Canadá–; al bloque le preocupa que los fabricantes de acero puedan desviar su producto a Europa, con el consiguiente incremento de las importaciones.