El balance que presentó el ombudsman nacional, Luis Raúl González Pérez, sobre la situación de los derechos humanos en el país en el actual sexenio, y la respuesta que dio el jefe del Ejecutivo federal, Enrique Peña Nieto, muestran dos maneras diferentes de acercarse a la realidad de México, señalaron defensores de las garantías fundamentales.

Destacaron que el presidente de la Comisión Nacional de los Derechos Humanos (CNDH) fue realista, contundente y valiente al decir en su cara a Peña Nieto que durante su gobierno el saldo en la materia es desfavorable y enlistar los puntos en que la actual administración ha fallado. Censuraron que el mandatario no haya dado acuse de recibo a los señalamientos y se limitara a hablar de las leyes aprobadas que, si bien son un avance, resultan insuficientes.

Pablo Romo, de Servicios y Asesoría para la Paz, resaltó que uno de los temas más preocupantes expresados por González Pérez fue que el modelo de procuración y justicia está agotado, por lo que el activista llamó a dar inicio a una discusión inclusiva al respecto.

“El ombudsman fue contundente cuanto habló de la Ley de Seguridad Interior. Le recordó claramente a Peña el compromiso que hizo, el 10 de diciembre al entregar el Premio Nacional de Derechos Humanos a Miguel Álvarez, de que habría una discusión y se atenderían los llamados nacionales e internacionales sobre la norma. En su cara le dijo que no cumplió” y promulgó la ley.

Romo aseveró que otro tema relevante fue cuando señaló las instancias que más transgreden las garantías fundamentales: donde el sistema de procuración de justicia y seguridad ocupan los primeros lugares, junto con el de salud.

Como en otra realidad

Lamentó que la respuesta de Peña Nieto “no tuviera nada que ver con el balance del ombudsman. Fue escueta y parecía que se refería a otra realidad. Sí, habló del avance en las leyes en la materia, lo que es bueno, pero insuficiente. La discusión de fondo tendría que haberse centrado en el sistema de procuración de justicia, en las recomendaciones incumplidas y en las instituciones quen violan los derechos humanos, que prácticamente todas dependen del Ejecutivo federal”.

Rocío Culebro, del Instituto Mexicano de Derechos Humanos y Democracia, señaló que el discurso de González Pérez fue muy fuerte, al evidenciar todo lo que el Presidente no ha hecho durante su mandato, el número de recomendaciones no cumplidas y las autoridades que tienen pendientes en este sentido.

Una de las partes más duras, consideró, fue cuando el ombudsman enfatizó en hechos de graves violaciones a las garantías fundamentales, expresados en casos como Chalchihuapan, Iguala, Tanhuato, Apatzingán, Tlatlaya y Nochixtlán.

Son dos formas distintas de ver el país, y supongo que Peña Nieto lo ve diferente porque en el fondo tampoco quiere ver la realidad. En ningún momento dio acuse de recibido de todo lo expresado por el presidente de la CNDH.