Martes 3 de abril de 2018, p. 21
Washington.
Estados Unidos y China se encuentran en un forcejeo comercial. La Casa Blanca presentará esta semana los aranceles a la importación de productos chinos, con los que Washington pretende castigar a Pekín por su política de transferencia tecnológica.
La lista, que afectará importaciones anuales hasta de 60 mil millones de dólares, tendría como blanco productos principalmente de alta tecnología
y podría tomar más de dos meses antes de que las tarifas entren en vigor, señalaron funcionarios.
Los aranceles están destinados a forzar cambios a las políticas gubernamentales chinas que, según el Departamento de Comercio, resultan en la transferencia antieconómica
de la propiedad intelectual estadunidense a empresas de Pekín.
En respuesta a la decisión china de suspender las concesiones arancelarias para 128 productos importados de Estados Unidos debido a los impuestos estadunidenses para gravar las importaciones de metales, la portavoz de la Casa Blanca, Lindsay Walter, aseguró ayer que los subsidios de Pekín y el exceso de capacidad están detrás de la decisión sobre el acero.
En vez de apuntar a exportaciones comerciales estadunidenses justas, China necesita frenar sus prácticas comerciales desleales, las cuales están dañando la seguridad nacional de Estados Unidos y distorsionan los mercados mundiales
, afirmó Walter.
En opinión de Edward Alden, experto en comercio internacional para el Consejo de Relaciones Exteriores, las medidas anunciadas por China envían un mensaje claro de que Pekín responderá rápidamente a cualquier acción comercial estadunidense
.