La Secretaría de Gobernación (SG) no abrirá expediente o indagatoria contra del obispo de Chilpancingo-Chilapa, Salvador Rangel Mendoza, quien se ha reunido con integrantes de grupos delincuenciales de aquella región, según declaraciones del mismo jerarca.

Respecto a esos encuentros, varios sacerdotes coincidieron en que la Iglesia católica está abierta al diálogo en su aportación para fomentar la paz en el país. Y señalaron que si los presuntos delincuentes se reúnen con representantes religiosos y “les hacen caso… es por la autoridad moral” que tienen, lo que no tienen los gobiernos federal y estatal.

Funcionarios de Gobernación consultados dijeron que Rangel Mendoza no ha cometido ninguna falta prevista en la Ley de Asociaciones Religiosas y Culto Público, por lo que si existiera algún requerimiento hacia el prelado, relacionado con ese contacto con presuntos narcotraficantes que dominan en Guerrero, debería ser emitido por la Procuraduría General de la República o su par estatal.

El próximo lunes, el titular de Gobernación, Alfonso Navarrete Prida, acudirá a la asamblea anual de la Conferencia del Episcopado Mexicano, donde se abordará en privado este tema, y si asiste el obispo Rangel se alentaría una conversación con el funcionario, agregaron las fuentes.

Por separado, Benito Cueca Mayo, vocero de la diócesis de Chilpancingo-Chilapa, señaló que la reunión entre el obispo Rangel e integrantes del narcotráfico es un granito de arena, pues no vemos por dónde, ya queremos darle cauce a esto, hay mucho dolor en las familias en el estado y ya queremos sanar de raíz estos males.

Puntualizó que el obispo no pactó con el narcotráfico, sólo exhorta a que se pongan de acuerdo las dos partes, y si esa estrategia sirve para pacificar al estado y está dando los primeros frutos, pues bienvenida, porque él lo que está promoviendo es el diálogo, nada más. No busca protagonismos ni está imponiendo ni transgrediendo la ley.

El padre Omar Sotelo, del Centro Católico Multimedial, señaló que en comunidades donde prevalece el narcotráfico se tiene que convivir con ello, hay retenes, gente armada y situaciones controladas. “El obispo está haciendo lo que es necesario y si se topa con esta gente es porque él trabaja en tierra de cárteles, vive sinergias con esta gente y de alguna u otra manera tiene que buscar una cierta armonía para poder vivir”.

Enfatizó: ¿Por qué le hacen caso estas personas al señor obispo? Por la calidad de la autoridad moral. Lo que el gobierno federal y estatal no pueden hacer, el obispo sí. Resaltó que el combatir violencia con violencia ha llevado a más muertos y Guerrero es uno de los estados más sangrientos y peligrosos en la República Mexicana.

Gustavo Sánchez Prieto, vocero de la Arquidiócesis de Chihuahua, señaló que en cualquier lugar del país la Iglesia católica tendría que estar llamando a los actores en cuestión a la reconciliación, ello, salvaguardando la verdad y la justicia.