Decenas de migrantes centroamericanos se manifestaron ayer en la glorieta del Ángel de la Independencia y en la embajada de Estados Unidos para exigir que las autoridades de ese país y de México dejen de criminalizarlos y perseguirlos por el solo hecho de buscar una vida más digna.

Con pancartas y consignas, los migrantes indocumentados se reunieron en el Ángel a la una de la tarde y subrayaron que si salen de sus lugares de origen es debido a la falta de oportunidades y por miedo a la violencia que sufren a manos tanto de pandillas como de la policía y las fuerzas armadas en sus países.

A pesar de que la historia personal de cada miembro de la caravana está llena de drama, abusos y miedo, tanto en la manifestación en el Ángel como en la marcha a la sede diplomática estadunidense se respiró un ambiente festivo.

Frente a las rejas que se colocaron ante la embajada de Estados Unidos, los migrantes de Honduras, El Salvador, Guatemala y Nicaragua dieron testimonio de la violencia estructural que sufren en sus naciones, la cual los orilla a buscar refugio en México o a tratar de llegar al norte del río Bravo, pese a las políticas antimigrantes de Donald Trump.

Hay soluciones de raíz

Irineo Mújica, director de la organización binacional Pueblos sin Fronteras, subrayó que la caravana que viene desde la frontera sur de México y las actuales movilizaciones buscan ser un ya basta frente a las políticas xenófobas y racistas que criminalizan a los migrantes indocumentados.

Le pedimos a Trump que no convierta esto en un circo, que busquemos soluciones sensibles, que sea un presidente responsable y que si quiere parar la migración, las soluciones se atacan de raíz, mediante el impulso del crecimiento económico tanto en México como en Centroamérica, no a través de la militarización de su frontera sur.”

De igual forma, el activista exigió al republicano que no nos utilice para campañas políticas. No somos sus chivos expiatorios y sabe bien que no representamos ningún peligro. A veces el peligro lo hace él con sus tuits irresponsables. Los migrantes son los daños colaterales de las políticas fallidas, la corrupción y la violencia en sus países, cuando sólo buscan vivir en paz.

Al término del acto frente a la embajada estadunidense se trasladaron a la Basílica de Guadalupe para agradecer que estamos vivos, a pesar de ataques como el que sufrimos en Orizaba, Veracruz, donde un contingente de la caravana fue hostigado y agredido el viernes por policías municipales.

Este domingo, los participantes del Viacrucis Migrante que ya se encuentran en la capital se reunirán aquí con alrededor de 800 personas más que permanecieron en Puebla, para decidir cuáles serán sus próximas actividades públicas.