ntre las múltiples candidaturas plurinominales a senadurías de Morena, la de Nestora Salgado levantará el nivel del debate en la cámara alta si la contienda le permite llegar.
Se trata de una mujer de origen indígena, luchadora social que fue perseguida política por detener, en su calidad de comandante de la Policía Comunitaria de Olinalá, Guerrero, a un presidente municipal y a un síndico que habían cometido asesinatos, secuestros y trata de mujeres, incluyendo la producción de videos porno de niñas y niños menores de nueve años. Por defender a su gente de políticos infiltrados en el crimen organizado y en la trata de mujeres ella fue acusada de secuestro agravado, delito por el cual estuvo en prisión por más de dos años (recomiendo video de entrevista de El Financiero Bloomberg)
Tal como narró la periodista Paula Mónaco (El Telégrafo de Ecuador) la ex comandante sufrió maltratos en la cárcel, le negaron acceso a medicamentos y atención médica que necesitaba, y llegó a estar en huelga de hambre en la prisión de Nayarit. Ella fue liberada porque el pueblo luchó y se organizó para su liberación, fue clave el trabajo del abogado Sandino Rivero, quien trabajó el caso junto a su padre, del grupo de Defensa Estratégica en Derechos Humanos. En el ámbito internacional apoyaron su defensa integrantes de la Clínica Internacional de Derechos Humanos de la Universidad de Seattle, quienes reconocieron la injusticia perpetrada con su encarcelamiento. Las autoridades federales se vieron obligadas cuando el Grupo de Trabajo sobre Detención Arbitraria de la Organización de las Naciones Unidas concluyó que fue ilegal y arbitraria la detención y privación de libertad de la coordinadora de la Policía Comunitaria de Olinalá, y que su proceso judicial fue injusto: Pareciera que la señora Salgado habría sido perseguida debido a su lucha por los derechos de la población indígena e incluso es un patrón que se ha observado en los últimos años
(La Jornada, 3/2/16). El sistema judicial mexicano la trató como delincuente, se ensañaron al acusarla de 50 secuestros, cuando es un hecho que no se acreditó ningún delito, toda vez que, en las detenciones, actúo como autoriadad de la Policía Comunitaria al amparo de la Ley 701.
Nestora Salgado García tiene 46 años, es indígena tlapaneca, madre y abuela. Nació en la región Montaña del estado de Guerrero, una de las zonas más pobres de México. A sus 19 años emigró junto a su entonces esposo, cruzaron sin papeles la frontera hacia Estados Unidos. Al otro lado la vida no fue fácil: víctima de violencia de género, se divorció y quedó sola, sin papeles. Trabajó en cuanto lugar pudo para mantener a sus tres hijas Saira, Grisel y Rubí. Logró mantenerlas y darles educación, después obtuvo la ciudadanía estadunidense y encontró un nuevo compañero que la respetaba como persona –su actual esposo Luis Ávila Báez. Con una situación personal más cómoda, cada año regresaba su pueblo natal donde entregaba comida, ropa y regalos a las familias más pobres. En 2013 encontró a sus paisanos sumidos en el terror por la violencia ligada al narcotráfico que asolaba a esa región y decidió extender su estancia para sumarse a los reclamos ciudadanos. Debido a su liderazgo, los vecinos la eligieron comandante del grupo que se integró a la Coordinadora Regional de Autoridades Comunitarias (CRAC) que tiene 20 años de existencia y está reconocida por las leyes de Guerrero. Después de estar presa por cargos que nunca pudieron comprobarle, Nestora recuperó la libertad, en palabras de su esposo: ella no estuvo en prisión por haber cometido algún delito, sino por la colusión que existe en México entre el gobierno y el crimen organizado. Es obvio que ella interfirió en ese negocio
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El pasado mes de febrero, la ex comandante Nestora Salgado fue electa por el Comité Ejecutivo Estatal de Morena como candidata a senadora por Guerrero en la segunda fórmula; el 18 de marzo fue aprobada su condidatura por la Asamblea Nacional de Morena, el mismo día que se aprobó la candidatura presidencial de Andrés Manuel López Obrador.
De su nombramiento destaco tres elementos: Nestora es una verdadera luchadora social y líder terrorial, es migrante de origen indígena, y además es mujer. Imaginen que todos los legisladores fueran luchadores o luchadoras sociales, tendríamos una tribuna donde los movimientos sociales serían la materia prima para el diseño de las leyes y de los cambios que urge realizar en las reformas constitucionales. Si llega a ser senadora, ella será la voz de grandes colectivos de indígenas que están vinculados al despojo de la riqueza nacional y a los movimientos migratorios, grupos que no son escuchados ni en México ni en los consulados de Estados Unidos –tal como la propia Nestora lo está señalando–. Pero además, por su trayectoria como mujer autónoma que supo salir adelante a pesar del machismo y las condiciones de precariedad, tiene una sensibilidad especial sobre la discriminación y la exclusión de las mujeres indígenas, lo cual le facilitará mover el tablero hacia las circunstrancias que urge cambiar. No es su cuerpo de mujer, sino su historia colectiva de lucha y triunfo de las causas, lo que hace a Nestora Salgado una de las mejores candidatas a las senadurías de Morena.
Twitter: @Gabrielarodr108