Washington.

¡Misión cumplida!, expresó ayer el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, tras las operaciones militares que realizó la armada de su país, en coordinación con Gran Bretaña y Francia, para atacar objetivos específicos en Siria, aunque el Pentágono confirmó que varios puntos que iban a ser destruidos quedaron intactos.

Sin embargo, según un reporte del Departamento de Defensa citado por el diario The Washington Post, se logró destruir el corazón del programa de armas químicas de Siria.

Trump calificó en Twitter el lanzamiento ininterrumpido de 105 misiles crucero, bombas guiadas y misiles aire-tierra –71 fueron interceptados por las defensas antiaéreas sirias– de ataque perfectamente ejecutado, y agradeció a los gobiernos británico y francés su sabiduría y el poderío de sus excelentes militares.

El mandatario aprobó esas operaciones la noche del viernes pasado, en represalia por el supuesto ataque químico en Duma, último bastión rebelde en Ghouta Oriental, norte de Siria, en el que murieron más de 40 personas. Trump acusó al gobierno de su homólogo sirio, Bashar al Assad, de perpetrar éste y otros bombardeos químicos a lo largo de la guerra civil que se libra en el país árabe desde 2011.

Estamos tan orgullosos de nuestro gran ejército que pronto, después de gastar miles de millones de dólares totalmente aprobados, será lo mejor que nuestro país haya tenido. ¡No habrá nada ni nadie, ni siquiera cerca!, añadió en otro tuit.

El mensaje de Trump rememoró al ex presidente George W. Bush, quien el primero de mayo de 2003, vestido con uniforme de la fuerza aérea, arribó a un portaviones estadunidense y anunció a un grupo de militares que sus principales operaciones de la guerra en Irak concluyeron, mientras una enorme manta con la frase Misión cumplida ondeaba en la nave.

Bush justificó la invasión militar, que se inició el 20 de marzo de ese año, al acusar a su par de Irak, Saddam Hussein, de poseer supuestamente armas de destrucción masiva y estar vinculado con los atentados del 11 de septiembre 2001 en Estados Unidos.

El Pentágono confirmó posteriormente que fueron tres los objetivos destruidos: el sitio de investigación y desarrollo de armas químicas Barzah, en Damasco; una instalación de almacenamiento de armas químicas cerca de Homs, y un búnker para armas químicas.

Dana White, vocera del Departamento de Defensa, afirmó que los ataques golpearon exitosamente todos los objetivos propuestos y atacaron el corazón del programa de armas químicas sirio.

Sin embargo, funcionarios de la dependencia indicaron que algunos puntos, incluidos helicópteros que supuestamente utilizó el gobierno sirio para lanzar armas químicas contra civiles, no fueron afectados.

Ante el Consejo de Seguridad de la Organización de las Naciones Unidas, la representante estadunidense, Nikki Haley, advirtió: Si el régimen sirio usa sus gases venenosos nuevamente, Estados Unidos está cargado y engatillado.

Haley indicó que Trump dio la autorización para garantizar que Siria no utilice armas químicas, como supuestamente lo hizo en Duma. Washington está preparado para mantener esta presión si el régimen sirio es lo suficientemente tonto para poner a prueba nuestra determinación, añadió.