A pesar de que la congregación de los Legionarios de Cristo dio a conocer que se reunirá con las víctimas de Marcial Maciel, aún no las han buscado ni les han notificado nada, aseveró José de Jesús Barba Martín, uno de los firmantes de la carta enviada el 26 de marzo a la orden para reclamar el reconocimiento de víctimas e indemnización por los daños causados.

En entrevista señaló que en los más de 20 años desde que denunciaron al fundador de la congregación no han tenido respuesta. La Iglesia no les ha dado ni medio papel acerca de nuestro reclamo, de nuestras demandas; tampoco nos dio nunca ningún recibo de ningún documento, de cartas, sostuvo.

Lamentó que a lo largo de este tiempo, desde que las ocho víctimas denunciaron los abusos sexuales y sicológicos de Marcial Maciel, no se acercaran “con un propósito de decir ‘hermanos o amigos, católicos, gracias por habernos abierto los ojos’, si es que de verdad hubieran estado equivocados, lo cual no es verdad”.

En cambio, agregó, fuimos agraviados internacionalmente en medios de comunicación, siempre de manera cauta para no poder ser acusados de esto o de aquello.

Barba Martín recordó que en estas dos décadas únicamente él ha recibido un correo electrónico de Owen Kearns, vocero oficial de la legión en Estados Unidos, en el que se disculpaba por las cosas que había dicho en contra nuestra, pero lo hacía solamente por correo privado, y en cambio jamás lo hizo en el mismo medio del cual se había válido públicamente para acusarnos de conspiración, calumnias, etcétera.

Curiosamente, señaló, es probable que la congregación religiosa no les hubiera contestado la carta de marzo pasado, pero debido a que salió en la prensa sólo entonces respondieron. Sin embargo, ésta fue hacia la sociedad, a pesar de que saben cómo encontrarnos.

Es la misma actitud que sigue la Iglesia desde el 17 de octubre de 1998, cuando presentamos nuestra demanda, dijo.

Barba Martín dijo que la misiva surgió a raíz del acercamiento que tuvieron con ex legionarios de Cristo de diversos países, quienes mostraron interés por reunirse y escucharlos. Entre las demandas que plantean en el documento están el reconocimiento de que los denunciantes de Maciel no hicimos un daño a la Iglesia ni a la legión, sino todo lo contrario, porque si no hubiéramos hablado, para esta fecha estaría en los altares, junto, indudablemente, al papa Juan Pablo II.

Demandaron también que se reconozca el daño y las consecuencias de las personas que ahora somos muy mayores ya y de los cuales algunos están bastante mal, tanto en salud como económicamente; que se ofrezca una disculpa abierta y se forme una comisión integrada por las víctimas.