Slim, la carta pesada
El aeropuerto electoral
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Violencia, tema contra AMLO
altó a escena el peso pesado de los empresarios: Carlos Slim Helú, el más rico de los mexicanos, alguna vez el más rico del mundo, siempre en la selecta lista de los máximos multimillonarios del orbe. Lo ha hecho para tratar de arrebatar a Andrés Manuel López Obrador, el adelantado candidato presidencial, la bandera en ascenso del rechazo a la construcción del Nuevo Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México (NAICM).
No fue un golpe suave o preventivo, acaso de precisión
(como dijo haber hecho el gobierno estadunidense en el reciente caso sirio): Slim defendió el proceso de toma de decisiones, ejecución e impacto social de la obra que diseñó uno de sus yernos, el arquitecto Fernando Romero (casado con Soumaya Slim Domit), junto al británico Norman Foster. Pero, además, negó legitimidad a la pretensión de candidato presidencial alguno (sin mencionar por nombre y apellido a ya sabes quién
) para impugnar la polemizada obra. En todo caso, y ante una pregunta que sí mencionaba expresamente al tabasqueño, Slim Helú respondió: no tendría por qué meterse. Él es un candidato. Esta es una decisión que se tomó desde hace cinco o seis años; ahorita no veo por qué se discute, y lo único que veo es que debe analizarlo más a fondo con los efectos nacionales y en la Ciudad de México
.
La conferencia de prensa, en la que estuvo acompañado por otro de sus yernos, Arturo Elías Ayub (director de la Fundación Telmex, Alianzas Estratégicas de Telmex, el portal de información por Internet Uno TV y partícipe en el programa de televisión Shark Tank México), permitió al gran multimillonario rescatar al presidente del Consejo Coordinador Empresarial (CCE), Juan Pablo Castañón, del embrollo en que se metió al pactar
con López Obrador una mesa
de análisis técnico en la que participarían representantes de la actual administración federal, del CCE y de Morena o el lopezobradorismo, como si éste ya hubiera ganado las elecciones presidenciales.
Slim, al lanzarse abiertamente a la defensa del nuevo aeropuerto y de la presunta derrama económica para beneficio social que le acompañaría, empeña su voz en un proceso de alteración de escenarios rumbo al primer debate de candidatos presidenciales, a realizarse el próximo domingo. Nadie había podido hasta ahora enfrentar con cierta viabilidad de éxito la evolución del tema del NAICM, que en estos días había alcanzado el rango de virtual prueba apabullante de la corrupción generalizada de la administración peñista y sus aliados.
Slim, el gran beneficiado por la desincorporación salinista de Teléfonos de México (solía usarse la denominación de la cadena de restaurantes casuales Carlos’n Charlie’s para aludir a la supuesta asociación de aquellos Carlos en las nuevas aventuras telefónicas), se ha colocado ahora en posición de intentar la cohesión de los grupos e intereses que se sienten profundamente preocupados por la alta probabilidad de que López Obrador gane las próximas elecciones.
Con su asomo al foro donde se da un fuerte golpeteo político (con el nuevo aeropuerto como inmediata pista electoral), el ingeniero Slim da banderazo de salida a los empresarios e inversionistas que hasta ahora han mantenido sus severas críticas en privado. Con la vista plenamente instalada en las urnas por venir, Slim planteó: Me preocupa y me da miedo por lo que siga, porque si ese va a ser el precedente, va a haber malas decisiones de inversión
.
El dueño del poderoso Grupo Carso recibió por parte del candidato presidencial de Morena (ah, y también de los partidos Encuentro Social y del Trabajo) una respuesta relativamente comedida. López Obrador no contestó con pullas o burlas ni hubo un revire seco. Lo más fuerte que pronunció el tabasqueño fue que a Slim lo están utilizando para contrarrestar a su movimiento: Seguramente le pidieron que saliera a dar esa conferencia; seguramente Enrique Peña o Carlos Salinas. Pero no me preocupa mucho: no tengo problema con él ni con nadie, y es amor y paz
. Además, en un giro extraño, planteó que si Slim cree que el aeropuerto es buen negocio, que lo haga con su dinero
.
Los adversarios del tabasqueño, sin embargo, pretenden convertir el próximo debate entre candidatos presidenciales en un espectáculo nada amoroso ni pacífico. Aun cuando mantienen diferencias entre ellos (Margarita contra Anaya y El Bronco, y Meade y Anaya también confrontados), el contrincante a vencer será el puntero López Obrador. En particular, Meade y Anaya intentarán mostrarse con dominio técnico y propuestas sensatas
frente a lo que califican de ocurrencias
del abanderado de Morena.
En el ámbito priísta se cultiva la esperanza de que dicho debate proporcione al pentasecretario alguna dosis de ventaja, la cual ayude a sustentar la pretensión de que Meade estaría entrando en un proceso de crecimiento y despegue
. El tema de la violencia será especialmente abordado por Meade en el citado debate por venir, para acusar a López Obrador de abonar a esa violencia y no ser capaz siquiera de deslindarse de ella. Ayer, en Jalisco, el cuasipriísta dijo que frente al tigre
presuntamente a desatar si hay fraude electoral debe oponerse el puma comprometido con la paz y la tranquilidad
. Inexperto en controlar sus emociones en público, Meade se ha visto molesto y con mayor agresividad en sus respuestas a partir de los hechos violentos de Oaxaca.
Y justamente de Oaxaca viene el amago de que el movimiento magisterial disidente tratará de continuar con sus protestas contra actos de Meade y de Anaya, al menos en las plazas donde ese movimiento tiene fuerza. El secretario de Gobernación, Alfonso Navarrete Prida, ha hecho saber que un día antes del choque violento en Oaxaca había advertido al equipo de la campaña priísta del intento de boicotear
los actos en esa entidad y que las consecuencias habrían sido mayores
de no haberse tenido a tiempo esa información. ¡Hasta mañana!
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