La llegada de Miguel Díaz-Canel confirma el relevo generacional en el gobierno de la isla
Miércoles 18 de abril de 2018, p. 24
La Habana.
A dos meses de cumplir 87 años, Raúl Castro se alista para entregar este jueves la presidencia de Cuba a una nueva generación, en una transición que pone fin a casi seis décadas de poder de los hermanos que lideraron la revolución en la isla.
Hemos recorrido un largo camino, largo y difícil (...) para que nuestros niños, los de ahora y los del futuro, sean felices
, dijo en marzo el menor de los Castro, quien remplazó en 2006 a su hermano enfermo Fidel, fallecido 10 años después.
Fidel y Raúl encarnaron la revolución y gobernaron Cuba por 60 años, convirtiendo al país en uno de los protagonistas de la guerra fría, y lograron mantener a flote su comunismo, pese al colapso de su aliado soviético, que provocó una severa crisis económica en los años 90.
La Asamblea Nacional elegirá durante una sesión que comienza este miércoles y culmina el jueves 19, un nuevo presidente del Consejo de Estado encaminando a la isla a una nueva era.
Castro termina su segundo y último mandato presidencial, con lo cual por primera vez en décadas no habrá un Castro al frente del gobierno. Liderará el Partido Comunista de Cuba (PCC) hasta 2021 –entonces tendrá 90 años–, tiempo durante el cual puede garantizar una transición controlada frente a los múltiples desafíos que puedan surgir.
Sin una nominación oficial previa, todo indica que el sucesor será Miguel Díaz-Canel, ingeniero de 57 años que actualmente se desempeña como vicepresidente primero.
La llegada de Díaz-Canel a la presidencia cubana simbolizará la confirmación del relevo generacional de dirigentes que nacieron después del triunfo revolucionario de 1959 y que el propio Raúl Castro, de 86 años, había ido introduciendo en su gestión.
Políticos como el vicepresidente económico Marino Murillo, de 57 años; la dirigente comunista Mercedes López Acea, de 53; el ministro de Salud Pública Roberto Morales, de 50 años, o el canciller Bruno Rodríguez, de 60, son considerados como candidatos a puestos destacados.
Bajo la máxima de hacer el socialismo próspero y sostenible
, Raúl Castro impulsó pequeñas reformas que posibilitaron la apertura de pequeños negocios privados como bares, talleres y el alquiler de habitaciones, aunque el Estado mantuvo el monopolio de los sectores estratégicos.
Durante su presidencia, Cuba renegoció su histórica deuda con el Club de París y tras grandes condonaciones de los atrasos se comprometió a pagar 2 mil 600 millones de dólares pendientes.
Así, Díaz-Canel tendrá que dirigir una Cuba con dificultades económicas en medio de un contexto internacional que no le es tan favorable con los gobiernos progresistas en retroceso y el presidente estadunidense, Donald Trump, recuperando desde Washington el lenguaje hostil hacia La Habana.