Nos estamos encargando; amamos a Cuba
, el comentario del jefe de la Casa Blanca
Si Trump llamó a Putin para felicitarlo, bien podría hacer lo mismo con Díaz-Canel: analista
Viernes 20 de abril de 2018, p. 25
Nueva York.
El presidente, legisladores influyentes, analistas, expertos y los principales medios estadunidenses respondieron a la transición política en Cuba, un cambio determinado en y por La Habana, y no por la política de cambio de régimen promovida por Washington durante más de medio siglo.
Sigue siendo un fenómeno notable que cualquier cambio en uno de los países más pequeños y pobres del mundo siga provocando tal atención en el país más poderoso. Durante las pasadas 48 horas los medios han colocado entre sus noticias principales la transición política en la isla. El enfoque se dirigió a las interrogantes sobre el nuevo presidente cubano, Miguel Díaz-Canel, perfiles biográficos, análisis de la cúpula actual, los desafíos económicos y sociales y, por supuesto, si esto es o no el fin de los Castro
(la respuesta de los reporteros, los anticastristas y la izquierda solidaria es la misma: no). Casi ningún otro país del tercer mundo amerita tanta exploración a fondo.
El presidente Donald Trump ofreció este jueves sólo unos comentarios algo incoherentes al responder sobre la transición mientras pasaba hacia un acto en Key West, Florida. Nos estamos encargando de Cuba
, declaró a reporteros, agregando: amamos a Cuba
. El lunes, en otro acto en Florida en una colonia cubanoestadunidense, declaró: somos, como saben, muy firmes sobre Cuba
y que agregó que no es justo
lo que ha sucedido ahí.
El Departamento de Estado tenía algo un poco más preparado. La vocera Heather Nauert declaró este jueves, cuando Díaz-Canel fue nombrado presidente: los ciudadanos cubanos no tuvieron poder real para afear el resultado de este proceso de transición no democrático. Estamos decepcionados de que el gobierno cubano haya optado por silenciar voces independientes y mantener su monopolio represivo sobre el poder, en lugar de permitir a su pueblo una opción significativa a través de elecciones libres, imparciales y competitivas
.
Nauert procedió a proponer la receta del nuevo presidente, quien, afirmó, debe dar pasos concretos para mejorar las vidas del pueblo cubano, respetar los derechos humanos, cesar la represión, permitir mayores libertades políticas y económicas
, y escuchar las demandas de ciudadanos. Señaló que no está enterada de ninguna comunicación desde la Casa Blanca o el Departamento de Estado con el nuevo presidente cubano.
Los legisladores cubanoestadunidenses no sorprendieron al ofrecer exactamente lo que se esperaba. Ileana Ros-Lehtinen declaró que esta transición era una farsa
, denunció que Raúl Castro permanecerá en el poder y que el régimen continuará oprimiendo y abusando del pueblo de Cuba
. Por tanto, llamó a que Estados Unidos no reconozca esta transición, ya que no cumple con los requisitos establecidos por la Ley Helms-Burton.
Su colega, el representante Mario Díaz Balart, declaró que el régimen de Castro ha nombrado otro títere
, afirmó que Raúl Castro sigue siendo el jefe, y calificó a todo esto de una coña
.
Algunos de los principales medios estadunidenses tuvieron enviados para armar reportajes especiales, y algunos ofrecieron trabajos especiales, por ejemplo una serie de fotos de medio siglo de los Castro en el Washington Post, o resúmenes de la vida de ambos. La pregunta central es si Díaz-Canel representa algún cambio real, y de qué tipo, dando a entender que todo sigue siendo bastante misterioso y secreto en Cuba.
Pero tal vez más misterioso es cuál será la política estadunidense de aquí en adelante, ya que es casi imposible tener alguna idea de si existe una política hacia Cuba por el gobierno de Trump.
Para el abogado José Pertierra, experto en relaciones Cuba-Estados Unidos, la reacción oficial estadunidense es la misma de siempre
. Agregó que “responden como si fueran dueños de la isla, con eso de ‘nos encargaremos’, como si Cuba fuera un niño (...) y aparte, ahora tenemos el bullying de Trump. Eso sólo va a generar mayor unidad entre el pueblo cubano”. Preguntado por La Jornada si la ausencia de los Castro en el puesto presidencial podría abrir la posibilidad de un cambio en la política estadunidense, Pertierra recordó que todo cambio de la política estadunidense hacia La Habana es a discreción del presidente y la voluntad del Congreso; ninguna de las cuales están presentes por ahora, habrá que esperar hasta después de las elecciones aquí, en 2020
.
Peter Kornbluh, coautor del libro Diplomacia Encubierta con Cuba y director del proyecto sobre Cuba del National Security Archive, en Washington, comentó a La Jornada que al no tener una política productiva, “el gobierno de Trump está perdiendo una oportunidad para construir una relación con el gobierno post-Castro. Si el presidente pudo llamar a Putin, seguramente puede telefonear a Díaz-Canel para desearle lo mejor para un mejor futuro económico y político en la isla y tener una relación bilateral amena. Raúl Castro dejó como legado el logro de un nuevo modus vivendi con Estados Unidos”, comentó, y por ahora existe una posibilidad de construir sobre eso. Subrayó que a pesar del cambio de tono en la política estadunidense con Trump, la política en la práctica (establecida por Castro y Obama) no es tan diferente hasta ahora
.
Esta es la segunda ocasión en que se logra una transición ordenada y pacífica en desafío a Washington en los últimos años. La primera fue el retiro de Fidel. Mientras se reportan cambios en La Habana, en Washington no hay gran cambio qué reportar.
Washington –a lo largo de 12 presidentes diferentes que realizaron bloqueos, acciones clandestinas y hasta terroristas, así como maniobras diplomáticas, todas bajo la estrategia y las leyes federales promoviendo explícitamente el cambio de régimen
–, una vez más fue relegado al papel de simple espectador de una transición política hecha en La Habana, la cual aún está intentando entender.