Rafael Caro Quintero, uno de los narcotraficantes más buscados por el FBI y la DEA, se habría sumado al cártel de Sinaloa y ahora opera al lado de Ismael El Mayo Zambada, afirmaron funcionarios que participan en el Gabinete de Seguridad Nacional.

Las fuentes consultadas señalaron que Caro Quintero anda con bajo perfil en la zona de Badiraguato, donde controla un grupo de cultivadores de amapola, aunque se moviliza constantemente en la zona del triángulo dorado, en los límites de los estados de Durango, Chihuahua y Sinaloa para no ser detenido.

Decenas de agentes han establecido operativos de búsqueda en las zonas donde se han recibido reportes de inteligencia que lo han detectado; sin embargo, las fuentes consultadas señalan que se ha trabajado con un esquema similar al que se puso en marcha para recapturar a Joaquín El Chapo Guzmán en enero de 2016, en el que militares, agentes federales y marinos cercaron lugares y rutas en las que trasitaba el que fuera líder del cártel de Sinaloa.

Caro Quintero se ha convertido en uno de los mayores objetivos de la las autoridades estadunidenses debido a que una vez que recuperó su libertad restableció algunos de sus viejos contactos en Guadalajara, México y con narcotraficantes costarricenses que ahora lo apoyan en sus actividades con el cártel.

El capo nació en 1952 en el poblado La Tuna, en Badiraguato, Sinaloa, y aunque pasó 28 años en prisión al ser condenado por delitos contra la salud y por su participación en el homicidio del agente de la DEA, Enrique Camarena Salazar, actualmente es prófugo de la justicia, ya que por errores de la Procuraduría General de la República (PGR) obtuvo su libertad 11 años antes de cumplir su sentencia en territorio nacional.

Desde 2013, horas después de su liberación, autoridades mexicanas comenzaron su búsqueda, a la cual se han sumado autoridades de Estados Unidos, ya que lo reclaman para que sea llevado ante una Corte Federal de Distrito en California y se le juzgue por el homicidio de Camarena y del piloto mexicano Alfredo Zavala.

Además, es buscado para ser enjuiciado por apoyar a la delincuencia organizada, asociación delictiva y se le considera uno de los mayores narcotraficantes mexicanos en activo; por eso las autoridades estadunidenses han ofrecido una recompensa de 20 millones de dólares por información que lleve a su captura.

El Mayo Zambada es también uno de los viejos narcotraficantes mexicanos que comparte el liderazgo del cártel de Sinaloa con los hijos de El Chapo.