El estadio Azul se despidió igual que hace 72 años cuando fue inaugurado, con un partido de futbol americano, en el que los Mexicas vencieron 17-0 a los Raptors para conquistar el tercer Tazón México ante una buena entrada de seguidores de todas las edades.

Ambos equipos dejaron inscritos sus nombres en la historia al ser protagonistas del último duelo en el inmueble, el cual será demolido, juego rodeado de bandas de música, danzantes, bailes folclóricos y las porras para Pumas y el Politécnico.

Al llegar al descanso la balanza se inclinó en favor de los Mexicas, con 17 puntos, entre aplausos de su porra que gritaba “touchdown, queremos touchdown”. Ya con el marcador inaugurado con tres puntos por el gol de campo de Carlos Eduardo Soria en el primer cuarto, las anotaciones cayeron en el segundo episodio.

Dos veces el mariscal Ricardo Quintana se conectó con Guillermo Villalobos para deleite de sus seguidores, vestidos de rojo, ante la incapacidad de los locales Raptors que se fueron como su uniforme: blancos.

La defensiva roja hizo trizas al mariscal de Raptors, Bruno Márquez, al que cazaron en tres ocasiones. Luego vendría la intercepción de Rodrigo Álvarez que salvó lo que pudo haber sido la anotación de los mexiquenses para romper el cero.

En el último cuarto, una intercepción y espectacular retorno de Luis Fernando González hasta las diagonales había levantado la moral de la Furia Verde, pero volaron pañuelos, hubo reclamos al réferi por parte del coach Guillermo Gutiérrez y se anuló, además de generar castigos por actitud antideportiva.

La jugada provocó el reclamo de los seguidores de Raptors y el culero, culero, culero, se escuchó por última vez en el Azul.

Lo que fue la casa del deporte de las tacleadas durante cinco décadas, regresó con esta final de la Liga de Futbol Americano Profesional (LFA), entre los monarcas del Centro y monarcas del III Tazón, los capitalinos Mexicas, y los mexiquenses Raptors, titulares del Norte, después de 20 años que no se celebraba un juego de futbol americano en el también conocido Estadio Olímpico de la Ciudad de los Deportes.

En el emblemático lugar que será demolido para dar paso a un centro comercial, salió cargado en hombros Joaquín Castillo, el capitán de los Pumas de la UNAM de aquella final del futbol americano colegial que ganaron los auriazules por 16-14 a los Aguiluchos del Heroico Colegio Militar en la inauguración del estadio, el 6 de octubre de 1946.

Ayer, el actual director deportivo de Condors, uno de los seis equipos que integran la LFA, fue nombrado, junto con José Luis Martínez y Jorge León, jugadores de diferentes épocas. El público los cobijó con aplausos.

El coach de Mexicas, Rafael Duk, no tenía más palabras que gracias para disfrutar el campeonato de los capitalinos contra un rival que dirigió la campaña anterior y conocía a la perfección.

Hoy (ayer) soy Rojo y paramos a una gran ofensiva. La entrega total del equipo fue lo que me gustó, dijo Duk, quien recibió felicitaciones de los jugadores de Raptors.

Quintana y Villalobos eran ungidos como héroes y dedicaron el triunfo a sus familias y la afición. Somos los últimos campeones del Azul, aquí comenzó el futbol americano y así terminó, indicó el receptor poco antes de recibir con su equipo el trofeo.