Exige sancionar a directivos de la comisión de silbantes encabezada por Arturo Brizio
Hace unos días le avisaron que no se presentara a una convención
Incongruente, que la FMF impulse campañas contra el racismo y lo practique
Nos tratan como extranjeros en nuestro país
Martes 24 de abril de 2018, p. a10
En su propio país, el árbitro Adalid Maganda tiene que explicar de manera rutinaria que es mexicano, un afrodescendiente de la Costa Chica de Guerrero para mayor seña. Cada que lo hace, le reviran que en México no hay negros
. Entonces debe informar a los interlocutores ocasionales que existe una raíz africana olvidada, sobre todo en Guerrero y Oaxaca. También debe recordar que existe un racismo que no se acepta.
Un racismo que se niega en nuestro país, pero que está latente
, dice el árbitro, quien hace unos días vivió un episodio más de esta cadena de experiencias de discriminación.
Maganda era árbitro de la liga de ascenso y de la primera división del futbol mexicano. Hasta hace unos 20 días –cuenta–, cuando acudió con los directivos de la Comisión de Árbitros de la Federación Mexicana de Futbol (FMF). En esa reunión lo atendió el presidente de la comisión, Arturo Brizio Carter, y el encargado del área técnica, Jorge Gasso.
Acudí porque quería saber la razón de la poca actividad que había tenido
, indica Maganda, quien había reprobado unas pruebas en enero por una lesión, pero más tarde las cumplió sin problemas; “desde que llegué me recibieron con un ‘qué haces aquí, pinche negro’, por lo que yo les pregunté si me habían marginado por el color de mi piel. Brizio me contestó: ‘no, cómo crees’. Lo dijo con una risa y un tono de sarcasmo”.
Como suele ocurrir en casos de agresiones como ésta, Maganda no supo cómo reaccionar. Se quedó petrificado ante el trato que recibió. Aquella experiencia tuvo un colofón. El jueves 19 de abril recibió una llamada de Julio Escobar, a quien reconoce como asistente de Gasso, para avisarle que ya no se presentara a la Convención de Árbitros, que se realizará del 29 al 31 de mayo. Sin documento ni reunión para notificarlo, estaba fuera de la comisión a partir de ese momento.
Es incongruente que la FMF encabece campañas contra la discriminación, pero permita este tipo de actos racistas de sus dirigentes
, lamenta Maganda; me da tristeza que en pleno siglo XXI nos sigan discriminando por nuestro origen y color de piel
.
En 2015, en un partido entre Atlante y Pachuca, Maganda vivió otro episodio cruel, frecuente en las canchas del futbol mundial. Al pasar junto a los vestidores del Pachuca, los jugadores tuzos emitieron ruidos que simulaban aullidos de monos. Maganda sabía que eran dirigidos a él, así que regresó a encararlos. La reacción de los futbolistas fue negarlo.
Eso ha ocurrido en Europa, pero las ligas y los gobiernos intervienen y protegen a los jugadores cuando son agredidos de esta manera
, precisa Maganda; aquí tuve apoyo de Edgardo Codesal, quien en ese entonces dirigía la Comisión de Árbitros, pero la FMF no aplicó sanciones
.
Hace seis años, Maganda llegó con su esposa y una hija pequeña a Ciudad de México para buscar mejores opciones de trabajo. Es un hombre que asume con orgullo sus raíces africanas en México y cuya única fuente de ingresos eran los que percibía como silbante.
Los afrodescendientes en México buscamos lo mismo que todos en este país, queremos trascender, tener mejores condiciones de vida para nuestras familias, pero continuamente nos encontramos con estos obstáculos. Somos tratados como extranjeros en nuestra propia tierra.
Maganda piensa que ignorar o minimizar esta realidad la condena a repetirse, a mantenerse al acecho como un animal peligroso. Por eso exige una sanción para los directivos que lo discriminaron, una disculpa pública y, en consecuencia, la reinstalación como árbitro de las ligas de ascenso y primera división.
Es necesario que intervenga el Consejo Nacional para Prevenir la Discriminación (Conapred) y la FMF para sentar un precedente en México
, afirma Wilmer Metelus, presidente de la Comisión Ciudadana de Defensa de Naturalizados y Afromexicanos; requiere la solidaridad de futbolistas, entrenadores y árbitros, de toda la sociedad, porque el racismo en México existe, pero no se reconoce
.