Los llamados para que el Esta-do mexicano ratifique el Convenio 189 de la Organización Internacional del Trabajo (OIT), que garantiza los derechos laborales de las empleadas domésticas, se intensificaron. Al pronunciamiento que el domingo realizaron la Comisión Nacional de los Derechos Humanos (CNDH) y otras organizaciones se sumó ayer el Consejo Nacional para Prevenir la Discriminación (Conapred).

Cumplir con esta demanda, expuso el Conapred, sería dar el primer paso necesario para eliminar la discriminación hacia ese sector de la población.

A siete días de concluir el último periodo de sesiones de la 63 Legislatura, el Conapred reiteró la importancia de garantizar los derechos de las trabajadoras del hogar. Para que ello se cumpla, indicó, el Ejecutivo debe enviar al Senado la minuta de ratificación del convenio.

En México, resaltó, el derecho a la igualdad y a la no discriminación ha sido sistemáticamente negado a las 2.3 millones de personas que se dedican a los quehaceres del hogar. La mayoría labora en condiciones adversas y en muchas ocasiones recibiendo un trato indigno e inaceptable.

Expuso que el mismo marco jurídico nacional es discriminatorio, pues establece diferencias injustificadas para las trabajadoras del hogar al negarles derechos laborales básicos e incluso fomentar su explotación. Destaca, por ejemplo, que es el único empleo en que la jornada de trabajo máxima permitida es de 12 horas, y no de ocho como en los demás casos, y la imposibilidad de acceder a una seguridad so-cial plena.

El Conapred añadió que la OIT ha comprobado, en los 13 países de América Latina que ya ratificaron el convenio, que la formalización del trabajo doméstico es un mecanismo efectivo de inclusión social. Para el Estado mexicano significaría un logro de las empleadas del hogar y de la lucha que éstas han sostenido los pasados 20 años.

El Sindicato Nacional de Trabajadoras del Hogar exigió que se responda al compromiso hecho en 2014 por el entonces titular de la Secretaría de Gobernación, Miguel Ángel Osorio Chong, de garantizar los derechos adquiridos.

A esta demanda de que se ratifique el convenio de la OIT se han sumado organizaciones, activistas y académicos.

Christian Mendoza, del Instituto de Liderazgo Simone de Beauvoir, dijo que es factible la ratificación del convenio. Sólo es un problema de voluntad política y de priorizar agendas.