Nosotros no buscamos, sólo investigamos. Esa fue la escueta y fría respuesta que Mirna Nereyda Medina Quiñónez recibió en la agencia del Ministerio Público en Sinaloa, cuando reportó la desaparición de su hijo en julio de 2014.

Lejos de derrumbarse, vio en esa negativa una oportunidad. Cuando salió de la agencia levantó la mirada e hizo una promesa a su hijo Roberto, entonces de 21 años de edad: Te buscaré hasta encontrarte. Su incansable lucha dio paso a la conformación de Las Rastreadoras del Fuerte.

El colectivo está conformado por los familiares, sobre todo mujeres, de más de 600 personas desaparecidas en el norte de Sinaloa. Su trabajo a las orillas de carreteras, en montes, ríos, caminos rurales ha dado frutos: han logrado localizar 120 cuerpos, de los cuales 100 ya fueron entregados a sus familias.

Hallar un tesoro (como le llama a los restos de personas desaparecidas) es dar la paz a alguien, sentenció durante el foro Narrativa sobre desaparecidos en México, convocado por organizaciones civiles y la Comisión Nacional de los Derechos Humanos, donde dio su testimonio como lideresa de Las Rastreadoras del Fuerte.

Fue Javier Valdez, corresponsal de La Jornada asesinado el 15 de mayo del año pasado, quien bautizó a este colectivo. Ustedes rastrean, les dijo en alguna ocasión a las mujeres que con palas, picos, palos y demás, cada miércoles y domingo dejan todo para ir a explorar sitios en los que podría haber restos humanos.

Y aquella promesa que Mirna Nereyda hizo a su hijo, es hoy el distintivo en las playeras que usan las rastreadoras: Te buscaré hasta encontrarte. Frase que resume su lucha.

Fue honesta con su sentir: Vivo con miedo. Pero eso no la aparta de este trabajo. Hace un año encontró los restos de su hijo, cumplió su promesa. Pese a ello, no deja a sus compañeras y estará ahí hasta encontrar a todos los que faltan.

La batalla diaria de no perder la esperanza

Lucía Ángeles Díaz Geneao, fundadora y directora del Colectivo Solecito, en Veracruz, también narró la batalla que ella y decenas de compañeras han librado para localizar a cientos de desaparecidos en el estado.

Luis Guillermo, quien tenía 29 años, fue levantado por desconocidos hace un lustro y hasta ahora no se tiene rastro de él. Si es difícil perder un hijo, imaginen lo qué es que esté desaparecido.

Su trabajo ha dado resultados. El hallazgo de la impactante fosa clandestina de Colinas de Santa Fe se debe a este colectivo. Se encontraron los restos de 287 personas. En el país no hay estado de derecho, se trata de 287 vidas arrebatadas, sin identidad. (Enterrarlos de manera clandestina) es despojarse de un ser humano como si fuera basura.

Lamentó el desinterés de políticos y funcionarios, incluidos los cinco candidatos presidenciales.