Mercedes Olivera participa en foro organizado por Clacso
Viernes 27 de abril de 2018, p. 14
Con las crisis del capitalismo, las mujeres de regiones pobres de México se han visto forzadas a ingresar a las dinámicas productivas y a hacerse cargo tanto de sus familias como de las labores en sus comunidades, lo que contribuye al sostenimiento de la explotación, planteó ayer en Ciudad Universitaria la antropóloga Mercedes Olivera Bustamante.
La investigadora del Centro de Estudios Superiores de México y Centroamérica dictó la conferencia magistral Ética y feminismos, que tuvo lugar en el foro México 2018 ante los procesos sociopolíticos de América Latina y la crisis global, organizado por el Consejo Latinoamericano de Ciencias Sociales (Clacso).
La académica señaló que entre los elementos que han impactado a las mujeres en la crisis, sobre todo a las más pobres, están: la destrucción de la naturaleza, con una dinámica neoextractivista, y la brutal polarización social, que las ha colocado en condición de extrema pobreza creciente.
Entre las comunidades chiapanecas tenemos la experiencia de la desestructuración de la economía campesina, que ha cambiado la vida del sector femenino en forma muy importante, porque se presenta crisis laboral en la medida en que no hay desarrollo industrial o de los servicios que pueda absorber a la población.
Este fenómeno, consideró, se ha presentado a partir de los años 90, y una de sus consecuencias es la migración de los hombres y de las mujeres jóvenes de las comunidades de Chiapas. Son ellas las que se hacen cargo de la reproducción y de la producción; han tenido que absorberlo como algo forzado. En la medida en que los hombres se van, ellas tienen que hacerse cargo de la manutención cotidiana de sus familias
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En este momento, las mujeres en México estamos produciendo hombres para la migración, con la transferencia del valor de nuestro trabajo y la del valor del trabajo de toda la sociedad mexicana al imperialismo estadunidense
, destacó.
En este sentido, dijo que las mujeres no sólo estamos subsidiando al sistema capitalista con nuestra labor de cuidados y el trabajo reproductivo, que ha sido algo histórico, sino ahora además con las tareas productivas que realizamos. Pero hay que pensar que no sólo es el trabajo de las mujeres, sino esta transferencia de valor de los países pobres al imperio, que es algo fundamental para el sostenimiento de la explotación y el desarrollo del capital
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Precisó que, además, ellas ingresan al mercado laboral con una vulnerabilidad muy grande, pues por la desigualdad de género no han tenido las mismas oportunidades que los hombres para capacitarse. Entonces, los puestos que ocupan son los menos remunerados
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