Panmunjom.

Con un abrazo fraternal, el líder de Corea del Norte, Kim Jong-un, y el presidente de Corea del Sur, Moon Jae-in, se comprometieron este viernes a trabajar por la desnuclearización y una paz permanente en la península, promesa que quedó pactada en la declaración de Panmunjom y dio por concluida la reunión entre ambos dirigentes.

Como puedo ver hoy aquí, las coreas del Sur y del Norte son la misma gente, la misma sangre. No podemos estar separados. No hay ninguna razón para que combatamos entre nosotros. Somos una sola nación, afirmó Kim, acompañado por Moon, al cerrar la reunión en la Casa de Paz, ubicada en la línea de demarcación militar de esta aldea fronteriza.

En el documento los gobernantes concluyeron que se deben impulsar activamente las conversaciones entre Corea del Norte, Corea del Sur, China y Estados Unidos para establecer un régimen de paz permanente, lo que convertiría el actual acuerdo de armisticio en un tratado de paz para así declarar el fin de la guerra coreana (1950-1953) este año.

Coincidieron en que las medidas para la desnuclearización son importantes, pero no plantearon acciones o un plan específico para lograr avances concretos. Una propuesta similar se emitió en las cumbres de 2000 y 2007, que se celebraron en Pyongyang, pero las reuniones fracasaron ante la falta de acuerdos y compromisos.

Esta vez se suspenderán todas las hostilidades que sean fuente de tensiones militares por tierra, mar y aire. Convinieron mantener con regularidad conversaciones de alto nivel entre los ministros de Defensa y generales para adoptar medidas de distensión.

A partir del primero de mayo deberán suspenderse todas las acciones hostiles, entre ellas la difusión de propaganda con altavoces instalados en la frontera y la distribución de octavillas en la zona desmilitarizada. Otra acción importante es la decisión de reanudar en agosto próximo las reuniones de las familias que quedaron divididas por la guerra.

Momentos antes los líderes plantaron un pino de 65 años, tiempo que lleva vigente el armisticio, cerca de la línea de demarcación militar.

Moon lo regó con agua del río norcoreano Taedong, mientras Kim hizo lo propio con agua del río sudcoreano Han.

Parados y tomados de las manos durante varios minutos, en la ceremonia de despedida los dos vieron imágenes de su encuentro reproducidas en un espectáculo de luz y sonido. Posteriormente Kim cruzó la frontera y regresó a Corea del Norte.

El mandatario de Corea del Sur anunció que planea visitar Pyongyang en otoño próximo para una segunda cumbre con Kim, mientras el líder de Norcorea se mostró dispuesto a viajar a Seúl sólo si soy invitado.

Desde que llegó al poder, a finales de 2011, Kim intensificó sus programas nucleares y balísticos. En 2017 llevó a cabo el ensayo atómico más potente y probó misiles balísticos intercontinentales, que supuestamente tienen la capacidad de llegar a territorio estadunidense.

¡Fin de la guerra de Corea! ¡Estados Unidos y todo su gran pueblo deberían estar muy orgullosos de lo que está ocurriendo hoy en Corea!, tuiteó el presidente de Estados Unidos, Donald Trump. Horas después dijo a reporteros que no será manipulado por el líder norcoreano durante su eventual encuentro, cuya fecha y sede aún están por definirse.

El mandatario de China, Xi Jinping, saludó el valor de Kim y Moon. El primer ministro japonés, Shinzo Abe, habló de paso positivo hacia una resolución de conjunto de varias cuestiones relativas a Corea del Norte; el Kremlin calificó el encuentro de noticia muy positiva, mientras el secretario general de la Organización de las Naciones Unidas, Antonio Guterres, tildó la reunión de histórica.

México, Colombia, Brasil, España, Alemania, Francia y Gran Bretaña, entre otros países, se sumaron al respaldo de la declaración de Panmunjom.