Opinión
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Los de abajo

Fuego paramilitar

T

zotziles de diversas comunidades del municipio de Aldama, Chiapas, llevan más de una semana bajo los disparos de armas de fuego y el gobierno no hace nada. La vida de hombres, mujeres y niños peligra. El miedo vive entre ellos desde que amanece y no se va, pues los tiros se escuchan todo el día. Ahora viven en el monte para resguardarse de los disparos y algunos han tenido que huir a la cabecera municipal y a otros lugares.

La denuncia la hace el Centro de Derechos Humanos Fray Bartolomé de las Casas (Frayba), organismo que alertó desde los primeros días de abril sobre la intensificación de la violencia en Los Altos. Las armas, como desde hace más de 20 años, son disparadas desde Chenalhó, región en la que el gobierno federal armó y entrenó grupos paramilitares para combatir zapatistas en los primeros años de la insurgencia. Luego vino la masacre de Acteal y las promesas de un desarme que nunca ocurrió.

Apenas en diciembre pasado se desató una nueva crisis humanitaria ocasionada por la violencia inducida entre los pueblos de Chalchihuitán y Chenalhó por un conflicto de tierras que el gobierno no resolvió y que promovió. Cientos de indígenas pagaron las consecuencias y huyeron al monte para salvar sus vidas.

Se trata, informa el Frayba, de viejos conflictos agrarios que han sido administrados de acuerdo con intereses políticos, en un ambiente electoral de manipulación y control para operar renovadas estrategias contrainsurgentes y en el que se reactivan grupos civiles armados, de corte paramilitar, vinculados a redes de crimen organizado, quienes atacan con armas de fuego a comunidades con la permisividad y protección de autoridades de Chiapas.

¿Qué debe pasar para que en las comunidades de Koko´, Xuxchen, Cotsilman, Tabak y la cabecera municipal de Aldama se reconozca la emergencia y se activen medidas efectivas para detener la violencia y el desplazamiento? ¿Qué tiene que ocurrir para que de una vez por todas se desarticule, desarme, detenga y sancione a los grupos armados de la región? ¿Por qué el gobierno estatal no realiza una investigación a fondo? ¿Es sólo ineficacia o tienen interés en el crecimiento de la violencia?

Por lo pronto, urge atender a los cientos de desplazados y aplicar acciones de prevención para evitar que otras comunidades se desplacen de manera forzada por las agresiones armadas en la región. Urge voltear a Chiapas. El pasado 2 de abril, un adulto y dos menores que iban a sembrar maíz fueron alcanzados por las balas. ¿Cuántos más quieren?

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