Para algunos, permitirán una mejor administración, para otros, sólo es más burocracia
Se trata de un primer esfuerzo para desconcentrar el poder, señala investigador de la UNAM
Lunes 30 de abril de 2018, p. 29
Aunque para algunos las nuevas alcaldías en la Ciudad de México permitirán una mejor administración y sus concejales serán un contrapeso al poder unipersonal que ejercen los actuales jefes delegacionales, para otros sólo se trata de más burocracia y un nuevo coto de poder para los partidos políticos.
En entrevistas por separado, diversos actores se refieren a esta nueva figura de gobierno, que sustituirá a las delegaciones políticas, creadas por decreto presidencial en 1970, y que en algunos casos se habían convertido en minifeudos
.
El diputado de Morena en la Asamblea Legislativa Alfonso Suárez del Real expresó que el cambio era necesario, pues el trabajo de las delegaciones estaba acotado por el gobierno central; se distorsionó la administración pública y se dejó de escuchar a los ciudadanos.
Explicó que ahora se les restituyen facultades que habían perdido y podrán responsabilizarse de los cambios de uso de suelo, crear policía comunitaria o vecinal en acuerdo con la Secretaría de Seguridad Pública, y tendrán cuatro fuentes de ingresos y la facultad de presentar iniciativas o reformas.
Además, añadió, el concejo funcionará como contraloría u observatorio ciudadano, y tendrá como responsabilidad aprobar los programas y el presupuesto de gobierno, así como revisar su cumplimiento.
Por el contrario, Pablo Moctezuma Barragán, jefe delegacional de Azcapotzalco, consideró que a pesar del cambio las alcaldías continúan acotadas por el gobierno central, porque no se le otorgan facultades, sino más obligaciones y responsabilidades, como el mantenimiento de las vías primarias o las redes hidráulicas, pero sin ingresos propios, y en temas como seguridad, el alcalde va a estar inserto en la estructura, pero sin tener el mando.
Aunado a ello, agregó, el concejo funcionará como un gobierno paralelo, que va a poder intervenir y señalar, pero viendo los toros desde la barrera, lo que lo va a convertirse en un esquema paralizante.
Crítica de cómo se va a integrar el concejo, Josefina McGregor, de la organización vecinal Suma Urbana, señaló que su diseño original se pensó como un contrapeso, pero lo que al final se aprobó es que seis de los 10 concejales sean del mismo grupo del alcalde, que en lugar de supervisar van a respaldar lo que haga, porque forman parte del mismo proyecto.
Es muy triste que ahora que se tenía la oportunidad de un cambio se haya decidido consolidar al partido que gobierne mediante esa asociación vía el concejal
, apuntó.
Carlos Luis Sánchez, investigador de Comunicación Política de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales de la Univesidad Nacional Autónoma de México (UNAM), expresó que se trata de un primer esfuerzo que ayuda a dividir el poder y desconcentrarlo, cuya efectividad dependerá de los propios protagonistas, que deberán responder a la ciudadanía, que podrá dar su voto de castigo, si buscan relegirse, como lo permiten las reglas.