Moscú.

El líder de la rebelión popular en Armenia, Nikol Pashinian, es desde este martes primer ministro de ese pequeño país ex soviético del Cáucaso, tras recibir el respaldo de la Asamblea Nacional (Parlamento) con seis votos más del mínimo requerido de 53 diputados.

De este modo, rechazado hace una semana en una primera votación y postulado de nuevo por un tercio de la Cámara, como resultado de una intensa negociación con apoyo multitudinario en la calle, la mayoritaria bancada oficialista cedió y cumplió su palabra al no presentar candidato propio y aportar los votos necesarios para aprobar el nombramiento de Pashinian.

Para salvar la cara, el oficialismo no votó en bloque por el político opositor –que movilizó a los armenios para protestar por el intento de perpetuarse en el poder por parte del clan de Serge Sarksian, ex presidente y fallido primer ministro, y de su sucesor designado, Karen Karapetian–, pero siete de sus diputados inclinaron la balanza en favor de Pashinian.

Tres legisladores oficialistas ya habían apoyado la candidatura del opositor en la primera votación y otros cuatro lo hicieron este martes. Con ello, se puso fin a la crisis política que amenazaba la estabilidad de Armenia, enfrentado con su vecino Azerbaiyán por la disputa territorial de Nagorno-Karabaj.

Armenia, que con Sarksian se convirtió en firme aliado de Rusia, necesita la protección del Kremlin y la presencia militar rusa por medio de su única base en la estratégica región, con cuarteles en las ciudades de Guimri y Yereván.

Pashinian, antes de ser nombrado jefe del Ejecutivo armenio, reiteró que mantendrá todos los acuerdos con Rusia, destacando que la cooperación militar con Moscú es un factor esencial para la seguridad de Yereván, al tiempo que se propone mejorar las relaciones con Estados Unidos, China e India.

El presidente Vladimir Putin y el premier ruso en funciones, Dimitri Medvediev, mandaron ya sendos mensajes de felicitación a Pashinian.