Juristas y especialistas coincidieron en el Senado en que la creación de más tipos penales y condenas a prisión más altas ha generado una gran confusión, sin que disminuya el índice delictivo.

Durante la presentación del libro Tendencia actual de la política criminal, el autor, Virgilio Tanús, destacó que es un error del legislador pensar que con incrementar las penas bajarán los delitos.

Resaltó que en la práctica, cada vez que reforman el Código Penal y aumentan las penas a los delitos, convierten las sanciones en virtuales cadenas perpetuas, lo cual está prohibido en la Constitución. Además, dijo, castigos de 60, 70 y hasta 120 años provocan que el grado y cantidad de los delitos sea mayor.

Gerardo Felipe Laveaga, titular del Instituto Nacional de Ciencias Penales (Inacipe), destacó que Tanús cuenta con una claridad y agudeza para dar en el blanco en su crítica a figuras como la del feminicidio. Con este tipo penal, subrayó, estamos dando gusto a ciertas personas, a ciertas ONG y a ciertos grupos que están recibiendo dinero para impulsar algunos temas que sólo complican la escena.

Destacó que “lo que se ocasiona con la recreación de estos actos ilícitos, legislando a modo de un escándalo, lo que realmente se pretende es subsanar con el derecho penal la deficiencia del resto de la política social, que en el presente caso sería de la educación y cultura de la igualdad de género”.

Refirió que cuando se legisla para atender la demanda de la opinión pública, como fue el caso de los feminicidios, se improvisa en relación con los tipos penales, lo que complica la labor del Ministerio Público.

Óscar Montes de Oca, subprocurador de Procesos de la Procuraduría General de Justicia de Ciudad de México, señaló que las imprecisiones en las normas jurídicas son producto de la excesiva labor legislativa, que termina en una improvisación de los tipos penales.

El problema, explicó, surge cuando se incluyen ingredientes muy específicos para penar el feminicidio, pues con ello se mete en problemas a los agentes del Ministerio Público.

Montes de Oca destacó que la tendencia de esta legislación está basada en la opinión pública, el incremento de la sensación de inseguridad, los reclamos sociales y en la percepción de la incidencia delictiva que se registra en las poblaciones, lo que es desacertado, porque nos lleva a tener tipos penales excesivos.

El académico Epigmenio Mendieta Valadez refirió que hace años hubo una propuesta para sancionar las miradas lascivas. Yo pregunté cuál es la diferencia entre una mirada lasciva y una coqueta, o qué elementos tendría que acreditar el Ministerio Público para determinar que esa mirada era lasciva y no estrabismo.