Las mujeres con menos poder adquisitivo dedican 48 por ciento de su tiempo al trabajo doméstico, y las que tienen techo de cristal, 33 por ciento, señaló Luiza Carvalho, directora regional de la ONU Mujeres para América y el Caribe.

En un video con motivo del lanzamiento del estudio El trabajo de cuidados: una cuestión de derechos humanos y políticas públicas, editado por el organismo de Naciones Unidas, Carvalho dijo que el mensaje central del análisis es establecer el compromiso de redistribuir y reducir el trabajo dentro de la casa y transformar a la familia para que mujeres y hombres tengan los mismos niveles de oportunidad.

Precisó que en toda la región y en México se han establecido maneras de contabilizar el trabajo doméstico, remunerado o no.

Detalló que en el país ha identificado cuál es la participación de este trabajo dentro del PIB y descubrió que llega a ser de 23.2 por ciento. Eso contabiliza 26 millones de horas semanales, distribuidas en 80 por ciento entre mujeres y 20 por ciento entre hombres, en trabajo doméstico no remunerado en México.

En la presentación, Belén Sanz, representante de ONU Mujeres en México, expuso que para alcanzar los Objetivos de Desarrollo Sostenible es fundamental romper con la desigualdad de género y lograr el pleno empoderamiento de las mujeres.

Refirió que es necesario que el trabajo doméstico y de cuidados dejen de recaer exclusivamente en mujeres y niñas, y avancemos hacia una verdadera redistribución, para lo cual es necesario llevar a cabo acciones que promuevan un cambio social y cultural respecto de la manera en que se concibe esta forma de trabajo.

Remarcó que desde la perspectiva de ONU Mujeres el cuidado debe ser visto como un derecho humano, un bien público, un pilar de la protección social, un objetivo fundamental de desarrollo y un aspecto clave en la agenda por la igualdad, y añadió que se debe ver como un aspecto necesario para erradicar la pobreza e impulsar el bienestar y el crecimiento económico”.