Rumbo al segundo debate (que se realizará en Tijuana, Baja California, el domingo 20 de mayo), los candidatos presidenciales fijaron sus posturas respecto de los temas centrales de ese encuentro: seguridad fronteriza, comercio exterior y derechos de los migrantes. Todos rechazan la construcción del muro en la línea divisoria con Estados Unidos y se dicen firmes en la defensa de la soberanía nacional.

De hecho, el único punto de unión entre los contendientes desde el periodo de precampañas fue ante la ronda de amenazas del presidente estadunidense, Donald Trump, en abril pasado, cuando anunció el envío de militares a la frontera con México.

Los candidatos respondieron de manera unánime en defensa de la dignidad del país. En el resto de los temas hay diferencias y matices.

José Antonio Meade, de la coalición Todos por México (integrada por los partidos Revolucionario Institucional, Verde Ecologista y Nueva Alianza), anunció la semana pasada la construcción de un muro tecnológico para atajar el paso ilegal de dinero y armas procedentes de Estados Unidos, en especial con el uso de rayos X y Gamma de última generación.

Según cálculos retomados por el candidato, en México hay 1.5 millones de armas ilegales y 80 por ciento de éstas procede del país vecino del norte. El arsenal triplica al del ejército guatemalteco, por ejemplo.

El ex canciller y ex secretario de Hacienda y Crédito Público está en favor de una mayor cooperación comercial y de seguridad con Estados Unidos, para establecer mecanismos de inteligencia con base en intercambio de información.

Meade ofrece también apoyo a paisanos: desde capacitación y educación, de prescolar a universidad vía la red consular, hasta comisiones más bajas por remesas, envíos directos a cuentas bancarias y un programa de rencuentros familiares.

Andrés Manuel López Obrador, candidato presidencial de la coalición Juntos Haremos Historia, ha dicho que no está en contra del Tratado de Libre Comercio de América del Norte. Sin embargo, pugna por que la firma de los nuevos acuerdos se realice después de las elecciones del primero de julio, para que no se afecte a los sectores productivos de México, y se incluya el tema migratorio y la homologación de salarios entre los tres países firmantes.

Apuesta por convertir la frontera con Estados Unidos en zona franca, para promover la inversión, el desarrollo productivo y tecnológico y la creación de empleos. El planteamiento incluye bajar en esa franja el impuesto al valor agregado de 16 a 8 por ciento, el impuesto sobre la renta a 20 puntos porcentuales y homologar los precios de las gasolinas y otros combustibles con los del país vecino del norte.

Propone convertir los 50 consulados de México en Estados Unidos en procuradurías para la defensa de los connacionales.

En tanto, Ricardo Anaya, candidato de la coalición Por México al Frente, también se sumó al llamado a la unidad ante las amenazas del mandatario estadunidense. Ante la hostilidad de Trump hay que estar unidos, advierte. Igualmente, afirma que 80 por ciento de armas en nuestro territorio procede de Estados Unidos.

En cuanto a la integración comercial y el desarrollo económico, pondera abatir la pobreza y el hambre.

Propone impulsar un modelo de desarrollo inspirado en los principios de la economía social; establecer una política de Estado que combata la pobreza, la desigualdad y la marginación; fijar un salario mínimo digno, decente y suficiente, e implantar una política fiscal orientada al bienestar social de las familias.

Considera necesario, sin especificar el sentido de su propuesta, llevar a cabo una reforma al sistema de pensiones, incrementar las aportaciones para la jubilación y reducir las comisiones de las Administradoras de Fondos para el Retiro.