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Sin ese rechazo no se habría hablado de mí ni habría tenido tan pronto la oportunidad

No dejarme pelear con Golovkin me abrió la puerta al cetro mundial: Jaime Munguía

El sábado llegó con 28 combates ganados y noqueó al ahora ex campeón en el cuarto round

 
Periódico La Jornada
Martes 15 de mayo de 2018, p. a12

Meses atrás, a pocos les hacía eco el nombre de Jaime Munguía. Un tijuanense de 21 años, macizo y risueño, que había sido reconocido por la revista The Ring como el mejor prospecto de 2017. Hace unas semanas surgió del aparente anonimato, cuando apareció entre los posibles rivales del campeón mundial Gennady Golovkin para el 5 de mayo reciente. La Comisión Atlética de Nevada le negó el permiso, quizás porque consideraron que era demasiado joven y sin experiencia para enfrentar los mazazos que propina el boxeador kazajo.

Esa negativa –señala Munguía– lo catapultó a la fama y, en consecuencia, le abrió las puertas para disputar el título mundial superwélter de la OMB a Sadam Ali.

Le agradezco a la Comisión de Nevada porque su negativa me dio a conocer, sostuvo irónico Munguía; sin ese rechazo no se habría hablado de mí y quizás no habría llegado tan pronto la oportunidad de este campeonato.

Munguía llegó el sábado con la solvencia de quien lleva toda la vi-da en el boxeo, aunque en realidad tenía esa noche 28 combates, todos ganados, 25 de ellos por nocaut. Ali era el campeón que le había arrebatado el título al memorable Miguel Cotto medio año atrás.

El combate era un enigma, aunque los comentarios de quienes habían seguido la carrera del tijuanense eran entusiastas. Munguía se reveló de inmediato. En el primer episodio envió al campeón directo a la lona, quien se levantó tambaleante, algo amedrentado por el asombroso golpe demoledor. Munguía no se fue descontrolado por el rival que trastabillaba, caminó despacio, le cerró las salidas y lo boxeó un poco. Después volvió a derribarlo un par de veces más hasta que por fin lo noqueó de forma inobjetable en el cuarto asalto, para convertirse en el noveno mexicano que conquista la división de los superwélter.

Lo vi lastimado, pero no me fui desbocado a acabarlo, explica Munguía; seguí boxeando, si hubiera podido liquidarlo antes lo habría hecho, pero hice mi trabajo hasta que lo derroté.

Después de la victoria se volvió la sensación, y todos retomaron que se trataba del muchacho al que no dejaron pelear con Golovkin. Ese mismo que dijeron en una revista de prestigio que sería la próxima estrella del boxeo mexicano, un nuevo Canelo, dijeron.

Me tratan como si fuera la sensación, yo me siento igual

“Me buscan mucho, me piden entrevistas, me recuerdan el tema de Golovkin y me comparan con el surgimiento del Canelo”, cuenta divertido; me tratan como si fuera la sensación, pero yo me siento igual que antes de ganar el campeonato. Como que todavía no asimilo todo, expresó el púgil

Ahora le preguntan que si pronto buscará a Golovkin, que si ve una oportunidad con Canelo, y el joven tijuanense sólo pide paciencia. Es un superwélter que tiene aspecto de peso mediano. Pero sigue embarneciendo, aprendiendo el oficio y espera afilar los colmillos por más tiempo. Pues esta oportunidad la esperaba para 2019, pero se aceleró por lo de Golovkin, explica; yo espero defender y unificar en esta división, agarrar más colmillo para enfrentar a ese tipo de rivales.

Parece un poco abrumado por todo lo que despertó su victoria. No quiere que el vértigo del éxito lo distraiga de sus metas como boxeador. Mucho cuidado –repite para sí mismo–, mucho cuidado con eso.

“Ahora me empiezan a comparar con el Canelo y eso me gusta”, dice alegre; es un ejemplo de éxito, pero eso sí, yo quiero caerle bien a la gente.