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Hacienda exprime a Pemex

¿Y el futuro prominente?

Dólar-peso: 19.97 por uno

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on resultados productivos y financieros cada día más enclenques, el futuro de Petróleos Mexicanos (Pemex) está en riesgo, con todo y que el compromiso presidencial fue que, gracias a la reforma energética, la ex paraestatal tendría un futuro prominente, es decir, exactamente lo contrario de lo que registra la ahora empresa productiva del Estado.

Tres semanas atrás, en este espacio, resumimos algunos de los grandes logros en la materia en el transcurso del presente sexenio. Entre otros destacan los siguientes: la producción de petróleo crudo se desplomó 25 por ciento (627 mil barriles diarios menos) desde 2013, año del lanzamiento de la reforma energética; la de gas natural, 25 por ciento (un millón 517 mil pies cúbicos diarios, a febrero de 2018); la de petrolíferos, 56 por ciento (451 mil barriles al día); el sistema nacional de refinación produce ahora 63 por ciento menos (273 mil barriles por día) que en diciembre de 2013; la importación de combustibles se ha disparado de forma peligrosa: 75 por ciento en el caso de las gasolinas y 116 por ciento en la de diésel, y así por el estilo, mientras las finanzas de Pemex son cada día más endebles.

Lo anterior en nada asemeja el futuro prominente que prometió el inquilino de Los Pinos, y en este contexto destaca un análisis del Instituto de Investigaciones Económicas de la Universidad Nacional Autónoma de México (Gestión de Pemex como empresa productiva del Estado; Angélica Tacuba y Luis Augusto Chávez, en revista Problemas del Desarrollo, 193, abril-junio de 2018, del que se toman los siguientes pasajes), en el que se destaca, tratándose de Petróleos Mexicanos, el papel preponderante de la Secretaría de Hacienda (que exprime a la ex paraestatal por medio del cobro de impuestos, derechos y aprovechamientos, IDA y, paralelamente, le recorta el presupuesto) y no de la Secretaría de Energía, con todo lo que ello implica.

En México, Pemex es la empresa más penalizada fiscalmente; en el periodo 1990-2016 los IDA representaron 93 por ciento de utilidades, y en 2014-2016 sobrepasaron 100 por ciento. Como porcentaje de los ingresos totales, representaron 61 por ciento, mientras en el caso de Petrobras fue de 33 por ciento, Ecopetrol de 11 por ciento y Petróleos de Venezuela de 40 por ciento. El trato fiscal de Pemex ha estado en relación directa con la baja carga tributaria; México recauda 17.4 por ciento del PIB, Brasil 32, Colombia 20.8 y Venezuela 20.9.

A pesar de que las estadísticas de 2015 muestran un incremento de 2.3 por ciento en la recaudación respecto del PIB (17.4 por ciento) y en relación con 2014, cuando se alcanzó 15.1 por ciento, México sigue por abajo del promedio de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (34.3 por ciento) y del de América Latina (22.8).

Como empresa productiva del Estado (EPE), Pemex necesita un trato fiscal coherente con los propósitos de competitividad y eficiencia que evite la supeditación al capital privado. La presión fiscal y el mercado externo son los que más influyen en la autonomía. Aligerar el peso fiscal es una condición de eficiencia, pero implica armonía de objetivos y equilibrio de poderes al interior del Estado propietario, personalizado en la Sener y la SHCP.

Existe una relación contradictoria entre precios y obligaciones fiscales al cotejar 2008-2013 y 2014-2016. Ambos corresponden a las dos reformas energéticas (2008 y 2014) y es clara, por una parte, la propensión a gravar en 98.7 por ciento las utilidades de Pemex en un periodo de altos precios en el primer caso (86 dólares por barril promedio). Pero también a continuar haciéndolo en 107.5 por ciento en un lapso de caída estrepitosa en el segundo (55 dólares por barril promedio).

Ello refleja la vulnerabilidad de Pemex EPE de regirse por su nuevo modelo de gestión; cuestiona la competencia del gobierno corporativo (GC) de administrar autónomamente las finanzas ante la inestabilidad del mercado y teniendo como dueños de la empresa a la Sener y a la SHCP; es decir, objeta el principio de la máxima autorregulación de las empresas públicas abiertas a capitales privados.

No hay argumento al hecho de que los IDA representen más de 90 por ciento del balance primario en el periodo 1993-2016 y más de 100 por ciento en 2014-2016. Pemex soporta la presión fiscal, la del mercado, la corporativa, con una deuda de 100 mil millones de dólares y un pasivo laboral (pensiones y otras prestaciones laborales) que asciende a 8.3 por ciento del PIB.

Sobre la deuda de Pemex, el análisis de sensibilidad de la calificadora Fitch Ratings (2016) destaca la probabilidad de insolvencia financiera por la elevada cargafiscal y la inexistencia de políticas de contención. Resultado de los bajos precios del petróleo en 2014-2016, se extrajeron más utilidades de Pemex para el presupuesto federal y creció el endeudamiento para cubrir impuestos; en 2017 la deuda podría alcanzar 125 mil millones de dólares, 25 por ciento más que en 2016.

Los costos de producción de crudo y gas son competitivos; los ahorros de ahí provenientes no son la salida. El problema de la deuda es que está pasando de solventar gastos productivos y operativos a cubrir compromisos fiscales. El mayor endeudamiento coincide con el periodo 2008-2016, en el cual los IDA sobrepasaron 100 por ciento el balance primario, situación avalada por el gobierno federal.

Analizar a Pemex en sus primeros años de empresa productiva del Estado ha permitido localizar aspectos que el Estado debe considerar para hacerla eficiente y competitiva, ya que el petróleo sigue siendo un recurso estratégico para México. Sin embargo, a nivel de gestión, uno de los mayores riesgos está en la formación de pugnas encubiertas entre los objetivos de las secretarías de Energía y de Hacienda, que personifican al Estado propietario.

Sobresale el hecho de que Pemex EPE requiere directivos calificados técnica y geoestratégicamente, un consejo de administración menos político y más profesional. La intromisión del Ejecutivo federal continúa siendo una posibilidad, porque, si bien los cinco consejeros independientes (el contrapeso) son ratificados por el Senado, es el Ejecutivo el que los propone. En Pemex EPE, la inconsistencia en el perfil de los directivos se explica por la preponderancia del partidismo.

Las rebanadas del pastel

Una vez más, el socio y amigo Trump le apesta el sueño a Peña Nieto y sus guajiros… Ayer, el tipo de cambio peso-dólar cerró en 19.97 (CI Banco).

Twitter: @cafevega