Después de ser árbitra de futbol amateur durante 20 años y luego guardia de seguridad, Luz Alicia Gordoa hizo historia el pasado martes al convertirse en la primera mujer ampáyer de la Liga Mexicana de Beisbol (LMB).

La originaria del pueblo de La Cruz de Elota, en Sinaloa, nunca se imaginó que llegaría a impartir justicia en un diamante del máximo circuito del beisbol tricolor, mucho menos pensó que su nombre quedaría grabado con letras de oro en el deporte profesional mexicano.

Este logro lo tomo como una recompensa a todo el trabajo que he realizado durante muchos años. Me siento muy orgullosa de lo que he conseguido, sobre todo porque no tenía planeado ser profesional, pues aunque trabajé siete años en Culiacán como ampáyer amateur de softbol, nunca pensé en pisar un estadio del máximo circuito de beisbol, aseguró en entrevista con La Jornada.

Indicó que al percatarse de la trascendencia de su debut en el beisbol mexicano profesional, supo “en ese instante que todos los sacrificios que he hecho en mi vida han valido la pena.

Uno de ellos y el que considero más fuerte fue haber estado alejada de mi familia, pero sobre todo de mi hija Dafne (ahora de 15 años), pues me perdí muchos acontecimientos de su niñez, pero ahora lo que más me motiva es que soy una inspiración para ella, me dice que se siente muy orgullosa de mí y que siga luchando por hacer lo que más me apasiona. Espero poder alentarla para que también logre sus sueños, cualquiera que éstos sean.

El duelo entre Guerreros de Oaxaca y los Diablos Rojos del México, disputado el pasado martes en el estadio Fray Nano de Ciudad de México, fue el escenario donde Luz marcó un hito en los 92 años de historia de la LMB.

Relató que a pesar de estar un poco nerviosa por su debut como ampáyer, pudo ocultar sus temores bajo la máscara de hierro que utiliza y tener la entereza para hacer valer sus decisiones dentro del terreno de juego, sin importar los comentarios negativos que pudiera lanzarle la afición o los propios jugadores.

“Me sentí muy satisfecha con el resultado del partido. Todos los jugadores me felicitaron al final, y yo sólo me preocupé por desempeñar bien mi labor y ser firme en mis señalamientos.

En cuanto a las críticas, estoy preparada para eso y más, pero afortunadamente todos se comportaron a la altura. No recibí ningún insulto y el día que me digan algo ofensivo haré oídos sordos, pues soy una profesional y hay que seguir trabajando, comentó.

Mencionó que en comparación con el futbol, en el beisbol no hay machismo ni discriminación por el hecho de ser mujer.

Acá no hay tanto ese tipo de conductas, al contrario, he recibido mucho apoyo por parte de mis compañeros, de los jugadores y hasta de los mánagers. Ha habido un respaldo incondicional para mí, por ahora no he tenido ningún problema de esa índole, pero el día que lo tenga pues hay que saberlo solucionar, no hay de otra, sostuvo.

Finalmente, Gordoa confió en que en poco tiempo pueda haber más mujeres desempeñando esta labor en el circuito profesional, pues incluso en Estados Unidos no hay ninguna que haya debutado en las Grandes Ligas de beisbol.

Por ahora soy la única, pero las que quieran venir y sumarse tienen las puertas abiertas. Estoy consciente de la responsabilidad que tengo de representar adecuadamente a las mujeres, como muchas otras, yo trabajo desde mi trinchera para que más mexicanas se inspiren y puedan tomar sus propias decisiones, sobre todo, para que puedan cumplir sus sueños, expresó.