Leopoldo Novoa, músico, debo mi primer (y ya lejano) contacto visual, auditivo y semántico, con ese singular instrumento óseo y fosilizado que es la quijada de burro. Con aquella imagen firmemente implantada en la memoria, sostengo con Novoa un diálogo referente a una efeméride importante: la celebración de los primeros 20 años de vida del ejemplar grupo que lidera, Tembembe Ensamble Continuo.

En este par de décadas, y como ocurre con la mayoría de las agrupaciones musicales, el personal de Tembembe ha ido cambiando; hoy está formado por el propio Novoa, Adelaida Coronel, Enrique Barona, Ulises Martínez y Eloy Cruz.

Además de la cambiante membresía, el grupo ha trabajado con numerosos invitados, y a su vez ha sido invitado a trabajar con otros músicos y agrupaciones. ¿Nombres? Antonio Corona, Radamés Paz, Érika Tamayo, el grupo Chuchumbé, Donají Esparza, Rubí Oseguera, Bárbara Cerón, Miguel Cicero, Zenén Zeferino, Patricio Hidalgo, Andrés Flores, el grupo alemán Los Otros, el grupo holandés Música Temprana, el grupo italiano Mare Nostrum, y de manera destacada, Jordi Savall, con quien Tembembe ha establecido una cercana colaboración desde 2008. (Del formidable proyecto Las rutas de la esclavitud instigado por Savall y en el que participa Tembembe, ya di noticia puntual en este espacio). Ciertamente interesante, lo que Leopoldo Novoa me cuenta sobre el inicio de la relación de Tembembe con Savall y sus magníficas huestes musicales.

Los productores de la película El baile de San Juan (Francisco Athié, 2010) convocaron por separado a Savall y a Tembembe para contribuir con sus músicas al soundtrack del filme. Al escuchar el trabajo de Tembembe, Savall dijo a los responsables de la película: Esta es la música que ustedes necesitan, y generoso y coherente como es, se retiró del proyecto. Años después, al ser invitado al Festival Internacional Cervantino de 2008, Savall manifestó su deseo de actuar al lado de Tembembe. El resto, como dicen por ahí, es una rica historia colaborativa. Con predecible y justificado orgullo, Leopoldo Novoa me recuerda que Tembembe Ensamble Continuo ha tocado en el Lincoln Center, el Kennedy Center, el Museo Metropolitano de Arte de Nueva York, el Palacio de Bellas Artes en Bruselas, la Ciudad de la Música en París y la Casa de Ópera de Sydney, entre muchas otras sedes.

Oiga, parcero –le pregunto a Novoa– ¿qué clase de música toca y canta Tembembe? Y me responde:

La música que tocamos es la música de un gran encuentro. La cultura que se gestó en el Caribe colonial y que poco a poco permeó a toda Latinoamérica es la cultura de la mixtura de muchos migrantes, de los que estaban ya en América, los que llegaron buscando oro, los que llegaron buscando una mejor oportunidad de vida y los que llegaron obligados como esclavos. Todos ellos son nuestros abuelos de sangre y cultura; nosotros tocamos la música de ese encuentro. Dicho de otra manera, nosotros nos gozamos la música barroca bailándola al lado de nuestras músicas tradicionales latinoamericanas.

Otra forma de decirlo es ésta: Tembembe Ensamble Continuo toca música barroca y música tradicional de los pueblos de América, muy específicamente, pero no de manera excluyente, músicas de las fiestas tradicionales de México, de Colombia y de Perú.

Una parte de esta riqueza musical mestiza ha sido registrada por Tembembe en discos como Laberinto en la guitarra, Diferencias e invenciones, La hacha, El Nuevo Mundo - Folías criollas, el ya mencionado proyecto Las rutas de la esclavitud y, de muy reciente factura, otra colaboración con Jordi Savall sobre las piezas del Códice Martínez Compañón.

Esta breve y compacta relación de la vida y obra de Tembembe Ensamble Continuo viene a cuento porque el vigésimo aniversario del grupo se celebra, gozosamente, el sábado 26 de mayo en el Teatro de la Ciudad Esperanza Iris, a las 19 horas. Además de Tembembe, están invitados como padrinos musicales de la efeméride los grupos Yolotecuani y Purhepechas de Charapan.

Y para aquellos que, como a mí, les entró la curiosidad por saber qué cosa es Tembembe, no se afanen en averiguar, porque ya le pregunté a Novoa. Tembembe es un vocablo de origen bantú que significa entre cañadas, y da nombre, además, a un río morelense que fluye, en efecto, entre cañadas… como la música que hace Tembembe Ensamble Continuo, pues.