Madrid.

El presidente de Cataluña, Quim Torra, realizó una gira por las cárceles madrileñas donde se encuentran los dirigentes independentistas catalanes que formaron parte del gobierno de Carles Puigdemont. El mandatario insistió en su plan de gobierno, que incluye entre sus consejeros a dos políticos en prisión y a otros dos que se encuentran en Bélgica desde finales de octubre.

Mariano Rajoy, presidente del gobierno español, insistió en la necesidad de formar un gobierno viable para desbloquear la situación de parálisis institucional que vive la región.

Tal como prometió, Torra visitó a Puigdemont en Alemania, quien está a la espera de que se resuelva su situación penal. Durante aquel encuentro decidieron la formación de un gobierno catalán con el mayor número de ex consejeros para denunciar la destitución del gobierno legítimo.

También viajó a Madrid para visitar las prisiones donde se encuentran los líderes independentistas. Pido al gobierno de España y a los partidos de la oposición que regrese la política, que vuelva el diálogo; visitaremos las prisiones todas las veces que haga falta, advirtió.

Hizo un llamado a Rajoy y al líder del opositor Partido Socialista Obrero Español, Pedro Sánchez: sentémonos, hablemos y solucionemos una situación que nunca debió ocurrir, declaró Torra ante los medios de comunicación, tras añadir que en ningún otro país de Europa los líderes catalanes estarían en prisión provisional. En ningún otro país, ciudadanos con sus derechos político intactos, se encontrarían con este problema.

Torra visitó a Oriol Junqueras, Joaquim Forn, Raül Romeva, Josep Rull y Jordi Turull en Estremera; después se desplazó a la prisión de mujeres de Alcalá Meco, donde visitó a la ex consejera Dolors Bassa y a la ex presidenta del Parlamento catalán Carme Forcadell. Más tarde se trasladó a Soto del Real, donde están recluidos los ex presidentes de la Asamblea Nacional Catalana, Jordi Sánchez, y el presidente de Ómnium Cultural, Jordi Cuixart.

Desde el gobierno central, Rajoy insistió en la necesidad de que Cataluña tenga un gobierno viable, por lo que apeló al sentido común y a la responsabilidad de las fuerzas independentistas, a las que pidió abandonar su estrategia frentista.

Mientras, Pedro Sánchez, advirtió que con el nombramiento de Torra se han despertado las vergüenzas racistas del secesionismo. Torra no es más que un racista al frente de la Generalitat.