Tendrá dos funciones en el Cenart; José Luis Castillo, titular artístico
Sábado 2 de junio de 2018, p. 4
Montar la ópera Satyricon, del italiano Bruno Maderna (1920-1973), cuando la corrección política tiene su mirada muy puesta sobre el arte y su expresividad, es una defensa de esta actividad humana
; incluso la música sigue siendo un discurso de ruptura
, sostiene David Gaitán, director de escena de esta obra que este fin de semana tiene su estreno en México.
El planteamiento de esa obra es casi una oda a los excesos, a la obscenidad, a la sensualidad y lo escatológico; se convierte en un acto político y una defensa del arte en el escenario
, dijo el director en el anuncio efectuado en el Teatro de las Artes del Centro Nacional de las Artes (Cenart).
La puesta en escena, con libreto coescrito por Maderna e Ian Strasfogel, explora un fragmento de la obra original de Petronio: el banquete que ofrecen Fortunata y Trimalchio, con los excesos orgíasticos propios del texto en latín, que versan sobre el libertinaje sexual y moral.
La música es un acto experimental y de collage
David Gaitán admitió que “la música es un acto experimental y de collage. Yo me sumo a ese espíritu y organizo una narrativa a partir de esta permisividad que da la estructura original, buscando que la experiencia del espectador sea continuamente estimulada por la música, en primer término; y por la escena elocuente con cantantes muy brillantes”.
La finalidad es que el espectador tenga un gran golpe de hiperteatralidad que en su fugacidad encuentre su potencia; que pueda ser testigo de un gesto completamente amoral y, por lo mismo, político, y que verifique la pertinencia de montarla en este momento en México.
Por su parte, el director artístico José Luis Castillo destacó que la obra, escrita en los años 70 del siglo pasado, revolucionó el discurso posterior de las óperas de cámara y su autor, Bruno Maderna, es una de las voces más influyentes en la música del siglo XX y XXI
.
La pieza, continuó, se enmarca en el momento que Umberto Eco define como de la obra abierta. En Satyricon “todo está escrito pero el orden en que se monta es algo que se deja a la elección de quien lo hace.
El orden interno de la pieza está articulado en 21 números, que pueden ser vocales e instrumentales, instrumentales-vocales e incluso electrónicos y electroacústicos; lo que va a sonar en música electroacústica es fiel a lo que Maderna hizo
, refirió Castillo, también titular del Centro de Producción y Experimentación de Música Contemporánea (Cepromusic).
Definió a esta ópera como politextual, ya que incluye latín, italiano, inglés y español; y poliestilística, pues “a cada uno de los personajes les otorga un papel más o menos específico. Fortunata navega en el mundo de los clásicos. Habinnas está más cercano a la música vocal. Trimalción está un poco en todos.
“Otro personaje va hacia el barroco. Escucharemos fragmentos casi literales de Wagner, Kurt Weil, Giacomo Puccini y Mozart. En ese sentido es un poco collage.”
Grandes solfistas y multiplicidad de timbres
José Luis Castillo concluyó que los requisitos para los intérpretes fueron ser cantantes maravillosos, pero además deben ser grandes solfistas, con una afinación a prueba de disonancias y con multiplicidad de timbres. También precisamos de un director de escena que pudiera habitar el espacio operístico y conociera el ámbito contemporáneo
.
En el anuncio estuvieron presentes la mezzosoprano Gabriela Thierry (Fortunata), el tenor Orlando Pineda (Trimalchio) y César Augusto Rodríguez, director de programación artística del Cenart.
La ópera Satyricon se escenifica en el Teatro de las Artes (Río Churubusco 79, esquina Tlalpan, colonia Country Club), hoy a las 19 horas y mañana domingo a la 13 horas.