¡Fuera Osorio, fuera Vergara!
la afición mexicana no le resta más que divertirse durante el Mundial. Se queda con la satisfacción de haber desahogado su frustración y enojo en el momento y en el lugar precisos ante ese remedo de equipo de Juan Carlos Osorio. El sábado en el estadio Azteca en verdad que lo intentó, quiso ser solidaria y entusiasta, cantó Cielito lindo como en las grandes ocasiones, aplaudió, gritó, pero hay cosas intolerables.
El equipo (si es que lo hay) es impresentable. El martilleo inútil sobre una Escocia recogida en su área fue un golpeteo directo al frágil ánimo de la gente y siguió la infaltable serie de cambios que exasperan a cualquiera. Fue cuando el respetable explotó en sonoro abucheo y lanzó a todo pulmón el ¡Fuera Osorio!
El entrenador colombiano va rumbo a su máximo reto, una Copa del Mundo con quizá la mejor generación de jugadores mexicanos, pero con los peores augurios.
Cuando dio su nómina de 28 convocados, Osorio aseguró que, sin excepción, no llevaría lesionados, pero está casado con los europeos, el lazo es indisoluble y hasta en silla de ruedas los integrará, máxime si se trata de Andrés Guardado, quien en mal momento programó su cirugía. Total que el circo tricolor parte hacia Rusia para aplaudir el quinto Mundial del patrón
Rafael Márquez.
El grueso de los jugadores se alzó de hombros ante la vergonzosa despedida; ojalá la rechifla hubiese aguijoneado su amor propio; sin embargo, todo indica que nadie se dio por aludido, porque ninguno es titular, nadie tiene la responsabilidad a carta cabal, el carrusel de las rotaciones convirtió a todos en comodines y comodinos. Osorio erigió a los europeos en una casta superior y pocos de la Liga Mx fueron seriamente considerados.
Y si el abucheo se le resbala, ¿por qué el rostro de Osorio está descompuesto? Las lesiones le están rompiendo aquel esquema que acarició en sus mejores sueños. Desde abril tenía la alineación
, confesó; en su mente repasaba esa oncena que sería capaz de vencer a Alemania gracias a jugadores plurifuncionales, a sus geniales rotaciones, al plan de acompañamiento y, sobre todo, a su conocimiento del rival. Falta poco para toparnos con la realidad.
Las Chivas están siendo destazadas por equipos que a billetazos le arrebatan a sus escasas figuras. Se cumplirán dos mundiales sin jugadores rojiblancos en el Tri y Jorge Vergara pasará a la historia como uno de los peores propietarios del Rebaño. Se frenó el descenso, sí, pero el club ha descendido al mismo infierno, lo ahoga la incertidumbre con un dueño incapaz de hacer lo que cualquier persona íntegra hace en situación de crisis: dar la cara.
El director deportivo Francisco Gabriel de Anda toma el micrófono para intentar explicar lo que ocurre en el convulso plantel, que siempre tiene los reflectores encima. No hay dinero y urge conseguirlo de donde sea, y después de la marca Chivas y del estadio, suben a la pasarela los jugadores. El traspaso de Rodolfo Pizarro se consumó después de que Gabriel lo negara durante casi un mes. Rechazó también la salida de Matías Almeyda; es decir, el Pastor está próximo a irse.
El dueño del estadio Azteca debe bajar el monto de la renta al Cruz Azul después de las malas notas que obtuvo el inmueble en la inspección que realizó la Federación Internacional de Futbol Asociación. Resulta que el Coloso de Santa Úrsula es en síntesis un estadio vetusto, mal ubicado y poco funcional, al nivel del peor de Marruecos. No es idóneo para albergar el partido inaugural del Mundial 2026; el cual, casi es un hecho, será adjudicado a la candidatura tripartita (Estados Unidos, Canadá y México).
A pesar de las proclamas triunfales de la Asociación de futbolistas, el tianguis de piernas se apresta para una edición más. Lobos, que compró su permanencia en el máximo circuito, presentó a Manuel Lapuente como directivo y a Francisco Palencia como timonel. Rayados no sólo tiene a Pizarro, sino que se lleva al seleccionado Jesús Gallardo, mientras el Pachuca abarata nómina con el técnico Pako Ayestarán.
