Miércoles 13 de junio de 2018, p. 27
Managua
Al menos cinco personas murieron, decenas resultaron heridas y al menos 20 fueron detenidas este martes en distintas partes de Nicaragua, al continuar la ofensiva del gobierno del presidente Daniel Ortega contra manifestantes atrincherados en barricadas.
En Jinotepe, capital de la provincia de Carazo, se reportó la muerte de dos veteranos de guerra que apoyaban a la policía, además de varios heridos y la destrucción de la casa del alcalde, Mariano Madrigal.
Juan de Dios García, párroco de la iglesia de Santiago, afirmó que la policía opera con vagos y pandilleros a quienes les paga 9.50 dólares para salir a matar
. También se reportaron ataques de paramilitares contra pobladores en las ciudades vecinas de Dolores y Diriamba.
En Jinotega falleció un hombre de 21 años durante un tiroteo entre encapuchados y opositores, mientras un adulto no identificado fue encontrado muerto cerca del mercado municipal. Además, un campesino fue baleado en Siuna.
En esta capital, supuestos paramilitares atacaron a estudiantes atrincherados en la Universidad Nacional Autónoma de Nicaragua. En El Crucero, barrio de Managua, policías detuvieron a una veintena de jóvenes y adolescentes, quienes presuntamente fueron remitidos a las oficinas del capitalino Auxilio Judicial de la Policía.
Efectivos de la policía y paramilitares retiraron algunos bloqueos en carreteras, en una ofensiva que comenzó el lunes por la noche.
El dirigente campesino Medardo Mairena dijo que Ortega aseguró a funcionarios de Estados Unidos que podría adelantar las elecciones, como exigen opositores, pero sin renunciar al cargo, aunque nadie confirmó esta información.
La opositora Alianza Nacional por la Justicia y la Democracia anunció un paro para este jueves.
Este es un paro cívico y pacífico que abarca a todo el país y a todas las actividades económicas, salvo aquellas relacionadas con la preservación de la vida y la cobertura de servicios básicos para la población
, señaló en un comunicado la Alianza Nacional por la Justicia y la Democracia, que agrupa a empresarios, estudiantes y sectores de la sociedad civil.
La convocatoria al cese de actividades, que regirá a partir de las cero horas (local) del jueves, se realiza después de que los obispos entregaron la semana pasada a Ortega una propuesta de agenda para retomar el diálogo con sus opositores, donde se propone adelantar las elecciones y adoptar reformas democráticas.
Un paro nacional puede tener consecuencias impredecibles tanto para la economía como para la política, advirtió el economista Néstor Avendaño, quien recordó que la última vez que hubo un cese nacional de actividades fue en 1979, contra la dictadura de Anastasio Somoza.
Tras ese paro, Nicaragua vivió una guerra civil en la década de los 80 que golpeó duramente a la economía y demandó más de dos décadas volver a los niveles que tenía a finales de los años 70, comentó Avendaño.
Ortega, de 72 años, está en el poder desde 2007 y enfrenta acusaciones de abuso de poder y corrupción.
El jueves de la semana pasada, el gobernante solicitó 48 horas para reflexionar y dar una respuesta escrita a la propuesta de los obispos de reanudar las conversaciones.
El diálogo fue suspendido por la jerarquía católica tras la represión a las marchas opositores del 30 de mayo pasado, que dejó 16 muertos.
En tanto, México, Costa Rica y Colombia instaron al gobierno de Nicaragua a respetar los derechos humanos de la población para salir de la crisis que vive desde el 18 de abril, día en que comenzaron las protestas que han dejado al menos 148 muertos, según el Centro Nicaragüense de Derechos Humanos.
El gobierno mexicano, por conducto de la Secretaría de Relaciones Exteriores, exhortó al gobierno y a todos los sectores de la sociedad a retormar el diálogo.