Jueves 14 de junio de 2018, p. 18
La sociedad y los medios de comunicación han creado una percepción érronea de la Auditoría Superior de la Federación (ASF) en el terreno de combate a la corrupción, pues su papel se circunscribe a fiscalizar el desempeño de las instancias de gobierno en sus tres niveles, indica un documento de la Unidad de Evaluación y Control (UEC), dependiente de la Comisión de Vigilancia de la Cámara de Diputados.
Con la colaboración de Issac Rojdkin, el Compendio de investigaciones en materia de combate a la corrupción señala que a lo largo de la historia de México el concepto de corrupción no ocupó un lugar preponderante hasta que se presentó la transición democrática, a partir del año 2000.
Los medios de comunicación y la sociedad retoman esta información e inician con un proceso de descrédito de funcionarios y dependencias sin contar con los elementos definitorios de culpabilidad. La sociedad, a lo largo de estos años, ha generado un sentimiento social de impunidad toda vez que no ha visto la concreción de resultados sobre los procedimientos penales y administrativos asociados a los presuntos daños y perjuicios difundidos anualmente por la ASF.
Desde 2016 se abrió paso a un nuevo modelo para combatir la corrupción: se creó el Sistema Nacional Anticorrupción (SNA), que en teoría permitirá coadyuvar a revertir este mal. Hay una percepción errónea, ya que sus atribuciones están orientadas exclusivamente en materia de fiscalización, establece el documento.
Entre 2010 y 2015 la ASF emprendió 60 mil 167 acciones, de las cuales 14 mil 560 (24.2 por ciento) corresponden a observaciones en la que se presumía un probable daño o perjuicio a la Federación. Sólo en la cuenta pública 2010 emitió mil 776 pliegos de observación y solicitudes de aclaración, estas acciones representan 16.6 por ciento del total de las emitidas en ese entonces.