Halló que un maestro detenido hace meses no participó en los hechos
Martes 19 de junio de 2018, p. 8
Érick Uriel Sandoval Rodríguez, detenido hace unos meses por la Policía Federal (PF) y vinculado a proceso por la Procuraduría General de la República (PGR), no es La Rana o El Güereque, presunto cómplice de los autores materiales de la desaparición forzada de los 43 normalistas de Ayotzinapa.
Así lo acreditó la Comisión Nacional de los Derechos Humanos (CNDH) tras una exhaustiva investigación sobre la equívoca
aprehensión de este hombre, con lo que evidenció una nueva pifia de la PGR en las indagatorias por los crímenes contra los estudiantes, suscitados el 26 y 27 de septiembre de 2014 en Iguala, Guerrero.
Ayer el organismo difundió un documento en el que da evidencias indubitables
de que Sandoval Rodríguez está de forma equivocada
en prisión acusado de secuestro y delincuencia organizada. Al contrario, no hay una sola prueba de que participó en los hechos.
El 12 de marzo, en una conferencia conjunta entre la PGR y la PF, el titular de la oficina especial para el caso Iguala de la dependencia de justicia, Alfredo Higuera Bernal, informó sobre la detención de este hombre, cuyo nombre trascendió ese mismo día a los medios de comunicación. Lo calificó de generador de violencia
en la zona del río Balsas y lo ubicó como posible integrante del cártel Guerreros Unidos.
Sandoval Gutiérrez, profesor de educación física en Cocula, presentó una queja ante la CNDH en la que negó ser La Rana o El Güereque y argumentó que su detención fue producto de una confusión. Incluso dijo que a partir de octubre de 2017 él mismo y su familia proporcionaron datos a la PGR, pues desde entonces su nombre fue vinculado con los hechos en la región. Abusando de ello, la dependencia usó dicha información para detenerlo.
La CNDH detectó que en sus declaraciones los acusados sólo refieren el apodo de su cómplice y no mencionan nombre alguno, por lo que revisó de forma exhaustiva la averiguación previa, los dos pliegos de consignación, las órdenes de aprehensión y el auto de formal prisión contra el detenido y constató que en ninguno de éstos existe evidencia alguna de que La Rana o El Güereque es Sandoval Rodríguez. Este nombre aparece por primera vez en el expediente, de la nada, en el primer pliego de consignación
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Exámenes
El detenido tampoco presenta ningún elemento de identificación que según los declarantes posee La Rana o Édgar, el nombre que aparece en el retrato hablado realizado por peritos de la PGR. “Las características personales y señas particulares referidas por los acusados para identificar a El Güereque (edad, lunar en la cara, cicatrices en la muñeca izquierda y consecuente al uso de piercing en ambas orejas, tatuajes de figuras de una flama en ambos antebrazos y de una rana en el lado superior izquierdo de la espalda, entre otras) no corresponden con las de Sandoval Rodríguez”.
Para constatar que en realidad el inculpado no sea La Rana, el juez de la causa presentó sus dudas y la CNDH le practicó examen médico pericial, con el que determinó que no existe indicio alguno de que la persona haya modificado o eliminado algún tatuaje en su cuerpo
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También entrevistó a algunos inculpados, a habitantes de Cocula y a quien tatuó en 2007 a La Rana, y recabó información y documentación relacionada con quien podría corresponder a la identidad de Édgar: actas de nacimiento y matrimonio, CURP y fotografías, entre otras, así como la dirección, en California, Estados Unidos, del lugar donde podría encontrarse El Güereque.
El 23 de mayo la CNDH entregó a la PGR, de manera confidencial y reservada, copia certificada de las evidencias, en espera de que se actúe conforme a derecho, y solicitó medidas cautelares en favor del detenido y su familia. La dependencia federal tardó 15 días en contestar, pero no ha actuado en consecuencia. Con el desdén a la documentación e información que le fue proporcionada por la CNDH, la PGR perdió una oportunidad más de corregir el grave desacierto en que incurrió en el caso de Sandoval Rodríguez
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