El director artístico británico llegó y se despide de esa orquesta con la Sexta Sinfonía de Mahler
Miércoles 20 de junio de 2018, p. a10
Berlín
Con sus característicos rizos blancos descontrolados, Simon Rattle volverá a subir al escenario de la Filarmónica de Berlín por última vez antes de ceder la batuta a su sucesor, Kirill Petrenko.
Cuando Rattle dirija después de 16 años su último concierto este miércoles en el emblemático edificio de esa orquesta, uno de los grandes templos de la música clásica mundial, se cerrará un círculo para el británico. En su primera aparición como invitado, el músico originario de Liverpool dirigió la Sexta Sinfonía de Gustav Mahler, en 1987, tal como hará ahora en su despedida.
Tras pasar un año a caballo entre las capitales alemana y británica, donde comenzó ya esta temporada a dirigir de manera simultánea la Orquesta Sinfónica de Londres, el director de orquesta de 63 años está en la cúspide de su carrera, algo que contrasta con su predecesor, el emblemático director italiano Claudio Abbado, que dejó la orquesta gravemente enfermo, o con Herbert von Karajan, que había vivido previamente duros enfrentamientos con los músicos. La Orquesta Filarmónica lleva semanas preparándose para la despedida en un concierto que será retransmitido en directo en más de 200 cines alemanes y europeos. Pero será este domingo cuando finalice oficialmente su carrera en Berlín con un concierto al aire libre en el Waldbühne, en el oeste de la capital alemana.
‘‘Adiós, sir Simon’’, es el título del último número de la revista de la Filarmónica 128. A pesar del paso del tiempo, las dificultades iniciales surgidas tras su incorporación a la empresa en 2002 no se olvidan por completo, ‘‘pero cuando llegas a tu meta y las ampollas en tus pies sanan, sabes que valió la pena’’, comentó a esa publicación.
Rattle fue llevado a Berlín para guiar a la Filarmónica rumbo al siglo XXI. En su etapa en Birmingham, el joven director transformó a la orquesta de la ciudad británica en una contemporánea.
Gestión rupturista
En Berlín, sometió a la Filarmónica a un tratamiento rejuvenecedor.
Además de un repertorio más amplio más allá de Beethoven y Bruckner, la orquesta se abrió a la sociedad. Rattle, condecorado con la Orden del Imperio Británico, llevó por ejemplo una gestión rupturista desde que llegó al cargo permitiendo a la orquesta conquistar nuevos espacios y dándole un perfil multimedia con conciertos en línea y producciones de cine.
La curiosidad del británico parecía no tener límites y arrastró con él a la inicialmente vacilante orquesta. De Joseph Haydn a John Adams, Rattle atravesó siglos de música con energía desenfrenada.
Los críticos lo acusaron de descuidar el repertorio sinfónico, algo que la orquesta rechazó. Rattle también trajo con él a Wagner, Brahms y Bruckner. La vida en Berlín también cambió a Rattle. Junto con su tercera esposa, la mezzosoprano eslovaca Magdalena Kozená, y sus hijos, seguirá residiendo en la ciudad y viajará a Londres para trabajar.
‘‘Berlín fue mi primera experiencia de inmigrante’’, dijo en el pasado en una entrevista. ‘‘Hasta entonces siempre había vivido en mi propia cultura e idioma. La Filarmónica cambia a todos los que entran en contacto con ellos’.
‘‘Las cosas son diferentes aquí. Tocan como músicos de cámara. No se les ocurre inmediatamente que tienen que reaccionar al golpe del director. Por eso aquí los directores tienen un problema si quieren controlar la orquesta. Como dijo Karajan: ‘La orquesta se mueve como una bandada de pájaros, no sabes por qué’’’, explicó.
Cuando le reprocharon que como británico no era realmente el director adecuado para el ‘‘sonido alemán’’, Rattle se preguntó qué era realmente eso. ‘‘La cuestión de lo que es realmente alemán es algo presente en todas partes, no sólo en la música’’, indicó al respecto entrevista. ‘‘Puedo describirlo mejor usando a Berlín como ejemplo. En esta ciudad viven personas de más de 200 países, en nuestra orquesta hay 26 nacionalidades, aunque los alemanes son la mayoría, ¿pero por cuánto tiempo más? ¿Y qué es Europa o Europa Central? Esta pregunta se responde de manera completamente diferente hoy que hace años’’.
Su paso por Berlín parece no haberlo transformado mucho. ‘‘No ha cambiado mucho en él’’, comentaba el pasado fin de semana Sarah Willis, integrante de la Filarmónica, en el diario berlinés Morgenpost. ‘‘Su color de pelo, tal vez. Y el alemán de Simon ha mejorado. Está tan lleno de nuevas ideas como lo era al principio’’, indica. ‘‘Ha mantenido su sentido del humor, su amor y su paciencia’’.
La salida de Rattle puso a la orquesta ante una difícil prueba. Sólo en una segunda vuelta de votaciones los músicos de la Filarmónica llegaron a un acuerdo y eligieron al ruso Kirill Petrenko, en ese momento director general de música de la Ópera Estatal de Baviera en Múnich. Los integrantes de la famosa orquesta votaron por un músico meticuloso, obsesionado. Rattle, como ya anunció, seguirá dirigiendo la Filarmónica en el futuro, pero como invitado, como lo hizo hace más de 30 años.