Miércoles 20 de junio de 2018, p. 4
Los niños que no tuvieron más opción que huir de sus hogares tienen derecho a ser protegidos, acceder a servicios esenciales y estar con sus familias, sin importar su origen ni estatus migratorio, afirmó la directora ejecutiva del Fondo de Naciones Unidas para la Infancia (Unicef), Henrietta Fore.
En un comunicado, la funcionaria advirtió que la detención y la separación familiar son experiencias traumáticas que pueden situar a los niños más vulnerables ante la explotación y el abuso.
Espero que el interés superior de los niños refugiados y migrantes sea prioritario en la aplicación de los procedimientos y leyes de asilo de Estados Unidos
, declaró Fore a propósito de la política del presidente Donald Trump de separar a los hijos de las personas que cruzan la frontera sin documentos.
La directora del programa sobre México y Derechos de Migrantes de la Oficina en Washington para Asuntos Latinoamericanos (Wola, por sus siglas en inglés), Maureen Meyer, apuntó que nada justifica castigar a los niños por una acción cometida por sus padres, ni a los jefes de familia por buscar asilo en Estados Unidos.
La separación de las familias es una práctica inhumana e inmoral que debe frenarse de inmediato. Mantener a los niños en centros informales de detención, donde están prácticamente encarcelados, y alejarlos de sus padres tiene un impacto fuerte en su bienestar mental y físico
, aseveró la activista.
Acerca de los centroamericanos que están del lado mexicano, Meyer dijo que el gobierno debe mantener la unidad familiar y buscar alternativas a la detención para quienes buscan protección en el país.
Sin embargo, “no hemos visto una respuesta firme de las autoridades mexicanas en la frontera para apoyar a las familias centroamericanas (…) todo el apoyo a esta población vulnerable ha sido de las casas del migrante y organizaciones de la sociedad civil”, apuntó.
La coordinadora del Observatorio de Legislación y Política Migratoria del Colegio de la Frontera Norte, Alejandra Castañeda, dijo que el gobierno de México sigue siendo la policía fronteriza de Estados Unidos, por ello se habla de que existe una frontera vertical.
Agregó que México cuenta con protocolos y leyes correctos en materia migratoria, pero el problema radica en su aplicación. Hay una contradicción, dijo, pues si bien desde 2008 se despenalizó a la población indocumentada; los agentes de migración tratan a esas personas como criminales
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