Sintra, Portugal

El estallido de una guerra arancelaria entre potencias económicas mina ya la confianza de los inversores y podría forzar a las autoridades de política monetaria a recortar sus panoramas, advirtieron ayer los jefes de los principales bancos centrales del mundo

Sentados uno junto al otro en un inusual panel de política monetaria, los jefes de las reservas Federal estadunidense (Fed) y de Australia, y de los bancos centrales Europeo (BCE) y de Japón ofrecieron opiniones pesimistas sobre una escalada del conflicto comercial y sugirieron que las consecuencias serían significativas.

Los cambios en la política comercial podrían forzarnos a cuestionar el panorama, señaló el jefe de la Fed, Jerome Powell.

Tenemos un amplio rango de contactos en el sector empresarial en Estados Unidos y en el mundo y ellos expresan constantemente su creciente preocupación por el tema comercial, señaló. Por primera vez escuchamos sobre decisiones de posponer la inversión, posponer la contratación, la toma de decisiones. Eso es algo nuevo.

Añadió que tal deterioro en la confianza de las empresas aún no ha sido incorporado en las proyecciones y que aún no parecen estar impactando en el desempeño de la economía.

El presidente del BCE, Mario Draghi, enfatizó que no había razones para ser optimistas. No es fácil y aún no es tiempo de determinar qué consecuencias tendrá esto sobre la política monetaria.

El jefe del banco central de Japón, Haruhiko Kuroda, advirtió que la economía de su país podría sufrir un impacto significativo si la guerra comercial entre Estados Unidos y China continúa.