En suspenso, pase a la siguiente Ronda
Se impone a Corea del Sur con goles de Vela y Chicharito
Domingo 24 de junio de 2018, p. 2
Un miedo secreto, incomunicable, latía escondido en los aficionados mexicanos. El apoyo era incuestionable, pero la experiencia empírica les recordaba que el Tri lucía ante rivales grandes y parecía una pandilla extraviada ante los de menor categoría. Ayer, México le dio un patadón a esos temores y venció 2-1 a Corea del Sur en el segundo partido del Mundial de Rusia 2018.
Nadie le escamoteaba el apoyo, pero el enigma era saber si el Tri sería capaz de mantener la actitud en dos partidos. Lo logró. A pesar de lo recio de los coreanos, prestos para la patada y el rodillazo, y de cierta relajación que permitió el gol asiático de la honra, los mexicanos consiguieron dos victorias al hilo, como no se conseguía desde el Mundial de 2002.
Desde la noche anterior, ese nerviosismo vibraba en el ambiente, desde Sochi con escala en Moscú, hasta desembocar en México. Y los aficionados viajantes querían conjurar esos miedos infundiendo apoyo como mejor saben: con una serenata, faltaba más. Para que los tricolores se supieran acompañados, una multitud de sombreros charros y gabanes les cantaba con sentimiento.
Y el día llegó y la primera sorpresa fue que Juan Carlos Osorio no dio sorpresas. Mantuvo la alineación con la que venció a Alemania en el primer partido, sólo cambió a Hugo Ayala por Edson Álvarez, y mantuvo el plantel con ligeras variaciones de función.
La Arena Rostov del Don parecía una sucursal del Azteca o de cualquier cancha mexicana. Repleta de aficionados tricolores que esta vez se contuvieron de gritar el insultante coro homófobo y, en cambio, endulzaron el oído de los jugadores y al propio Osorio con un Cielito lindo que invitaba a balancearse abrazados.
Así que el Tri en el diván empezó con su terapia para conjurar sus miedos. Un juego tenso en los primeros minutos y demasiado ágil. La pelota iba y venía sin que pudiera verse la apuesta. Sin embargo, los tricolores se apropiaron de la pelota.
Corea del Sur llegó a pelear con furia para mantenerse con vida en el Mundial. Las ansias incontenibles de los asiáticos a veces adquirían la forma de la desesperación: en más de una ocasión parecía que lo mejor del repertorio de los coreanos era el taekwondo y no el futbol.
Menos demoledores en apariencia que ante Alemania, pero ordenados y bien coordinados, los de Osorio pronto empezaron a pisar con soltura el área coreana. Carlos Vela –de nuevo inspirado y con los botines mágicos– convertido en un artesano sobre la cancha por la derecha y Héctor Herrera en la contención, ambos sirvieron como columna vertebral del equipo.
En uno de los arribos, Andrés Guardado intentó enviar un centro con posibilidades de crecer en peligro. La premura de Jang en la barrida por tapar el disparo lo hizo olvidar que las manos no juegan. La pelota rebotó con obviedad en su brazo y el árbitro silbó el penal.
Vela sonrió ante la oportunidad de tirarlo. Esperó todo el tiempo que prolongó el arquero Jo Hyeonwoo para quebrar los nervios del mexicano. Carlos camino tranquilo sobre las puntas y disparó al centro de la portería para marcar su primer gol mundialista.
Los coreanos tuvieron algunos atisbos, sobre todo Son Heungmin, pero la precisión de Guillermo Ochoa en la portería mexicana devolvía cierta tranquilidad.
El intermedio fue una pausa urgente para recuperar el aliento ante tanto desgaste. Al volver se anticipaba que la pugna sería todavía más intensa y vertiginosa. Si Hirving Lozano fue incontenible contra Alemania, esta vez la marca asiática logró incomodarlo y las pelotas que tuvo se fueron desviadas o demasiado apresuradas. Los amagos coreanos se enfriaron con la disciplina defensiva y la estupenda intervención de Ochoa.
Un balón que robó Herrera se convirtió en contragolpe, el nuevo estilo mexicano, y el esférico desembocó en el Chicharito: recortó elegante y disparó con sobriedad para conseguir el segundo gol del Tri. Javier Hernández consiguió así su gol 50 con la selección que es una nueva marca y alcanzó al Matador Luis Hernández con cuatro tantos en Copas del Mundo. La anotación la celebró hasta la FIFA, pues Chicharito marcó un día como hoy, pero ante Croacia, en Brasil 2014.
Osorio hizo cambios para restar presión: salió Chucky Lozano y entró Tecatito Corona, Guardado por Rafa Márquez y Vela por Gio dos Santos. Aún faltaban minutos para terminar el juego y los mexicanos ya habían perdido la noción del tiempo. Se relajaron a tal punto que permitieron un golazo de larga distancia de Son en tiempo agregado.
Al final lo consiguieron. Osorio pidió a sus jugadores que despidieran con respeto a sus rivales y el público contagiado de civilidad ovacionó al Tri.
Mientras se celebraba la virtual calificación de manera anticipada, Alemania se encargó de recordar que la vocación de México es el drama. Al vencer a Suecia, ahora el Tricolor deberá jugarse la vida en su tercer partido.