Domingo 24 de junio de 2018, p. 4
La alianza electoral entre la derecha y la izquierda, representadas por PAN y PRD, se deriva del crecimiento de ambos partidos, registrado de 2012 a 2015, y las expectativas que ese reposicionamiento entre los electores alimentó a sus dirigentes para aspirar a ganar la elección presidencial del 1º de julio.
Para el proceso de 2015 la aparición de Morena en el espectro electoral cambió el mapa político nacional. Antes de ese año el PRI, PAN y PRD se habían dividido las preferencias en los comicios celebrados en los estados y la Federación. Esa tripartición les granjeó –hasta entonces– gubernaturas, diputaciones y senadurías.
En el seno del PRD, la corriente Nueva Izquierda en manos de los chuchos, Jesús Ortega y Jesús Zambrano herederos del ideario de Rafael Aguilar Talamantes, se encargaron de conducir a ese partido del respaldo incondicional a Andrés Manuel López Obrador a la sociedad con el derechista PAN.
El cálculo de las dirigencias panista, en manos de Ricardo Anaya, y del PRD, en las de Alejandra Barrales, les daba la suma para emprender juntos y con un socio a modo como Dante Delgado Rannauro y su partido Movimiento Ciudadano, plantearse la posibilidad de ganar la elección del 1º de julio próximo.
Hoy los sondeos entre la población les colocan muy por debajo de sus expectativas.
Porcentajes nacionales
En 2012, cuando López Obrador contendió por la Presidencia de la República bajo las siglas del PRD-MC y PT, obtuvo 15 millones 896 mil 999 votos (31.59 por ciento del total nacional). El PAN, con Josefina Vázquez Mota, se ubicó en tercer lugar, con 12 millones 786 mil 647 votos (24.4 por ciento).
La lista nominal, proporcionada por el entonces IFE sumó 79 millones 492 mil 286 ciudadanos empadronados. De ellos votaron 50 millones 143 mil, absteniéndose 29 millones 348 mil 670 personas.
Por lo que toca al Congreso Federal, a la Cámara de Diputados, en 2012 el PAN ganó 114 curules, mientras su entonces adversario, el PRD ganó 103 diputaciones. Tres años mas tarde el PAN registró una baja en las preferencias con 108 espacios en San Lázaro y el PRD 53.
En el Senado, para 2012, los panistas ganaron 34 escaños, mientras los perredistas lograron siete.
La obtención de triunfos en elecciones para gobernador le generó a Ricardo Anaya parte de su capital político, el mismo que utilizó para catapultar su candidatura presidencial del presente año.
En 2012, el PAN gobernaba cinco estados y el PRD tres. Para 2017 el PAN gobernaba siete estados, en otros cuatro lo hacía tras haber contendido en alianza con el PRD, y por su parte el sol azteca gobernaba cuatro entidades, incluida la Ciudad de México.
Así, el PAN que venía de un triunfo histórico de siete gubernaturas en 2015 –después de haber borrado
la derrota por la Presidencia de la República en 2012–, evoca ante el electorado que junto al PRD, su nuevo aliado coyuntura de la izquierda orgánica, gobierna a 48 por ciento de los electores en el país.