Domingo 24 de junio de 2018, p. 10
La responsable de la sección de protección a la infancia de Unicef en México, Dora Giusti, advirtió sobre la necesidad de evitar que los menores sean encerrados, aun cuando sea con sus familias, para evitar que las heridas emocionales sean permanentes.
Tenemos muchos estudios que demuestran que la detención crea mucho estrés y consecuencias sicológicas en un niño
, lo que se agudiza cuando son separados de sus padres, advirtió la funcionaria del Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia.
Tras una avalancha de críticas por la aplicación de la política cero
que derivó en la separación de unos 2 mil 300 menores de edad de sus padres al intentar cruzar la frontera de México con Estados Unidos sin papeles, el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, firmó una orden ejecutiva que termina con la medida, pero ahora detiene a las familias enteras.
Dora Giusti señaló en entrevista que los pequeños que aún se encuentran detenidos sin sus padres, necesitan una intervención urgente. No sabemos exactamente qué implica ese decreto, aparte de lo dicho que se prohibirá la separación, pero no queda claro qué ocurrirá con estos niños.
Pequeñas casas
La intervención urgente, explicó, es para dotar de apoyo sicológico, social y legal a los menores. Además se requiere de la reunión inmediata de los menores con sus familiares. Agregó que se necesita sacar lo más pronto posible a los niños y adolescentes de una situación de detención y, en su lugar, explorar otros espacios que se alejen de la estructura que recuerde a una cárcel. Una opción, agregó, es crear inmuebles parecidos a pequeñas casas.
Es necesario, agregó, contar con estrategias de integración para atender la situación emocional que experimentaron los migrantes separados. “Al llegar a Estados Unidos, los niños sufren doble estrés –por el viaje y la detención–, por ello hay que dar apoyo emocional para sanar las heridas y no se hagan crónicas”.
Dora Giusti advirtió sobre la urgencia de revisar las implicaciones que habrá para los migrantes que van en ruta a Estados Unidos. “Recordemos que hay personas en situación de violencia, que no tienen alternativa y deben huir –lamentablemente– de sus comunidades; el flujo seguirá.”