Managua

El cardenal Leopoldo Brenes, presidente de la Conferencia Episcopal de Nicaragua (CEN), confirmó ayer que el gobierno y la oposición volverán este lunes a la mesa del diálogo para intentar resolver la crisis que vive el país desde abril.

Dijo que la reanudación del diálogo coincide con la llegada al país de misiones de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos, de la Organización de los Estados Americanos y de la Oficina del Alto Comisionado para los Derechos Humanos de la ONU, que aportarán sus investigaciones sobre los hechos violentos ocurridos en Nicaragua.

Brenes, arzobispo de Managua, añadió que la llegada al país de estas misiones es una de las condiciones para reiniciar el diálogo, solicitadas por la oposición, que también exige cesar la represión y el desmantelamiento de los grupos paramilitares que operan contra los manifestantes antigubernamentales.

Paulo Abrao, secretario ejecutivo de la CIDH, confirmó en un tuit la llegada a Nicaragua de un equipo técnico del organismo para dar seguimiento a la situación del país.

Un anuncio similar hizo la OACDH, cuya misión arribará al país el martes y permanecerá en Nicaragua el tiempo que sea necesario para observar la situación de los derechos humanos.

Desde el púlpito, los sacerdotes clamaron en las misas dominicales por un basta ya de violencia. Hago un llamado a que se bajen las armas, clamó el cardenal Brenes.

Son más de 200 personas muertas inútilmente por balas criminales, víctimas de una agresión y represión que es incontenible, dijo el obispo auxiliar de Managua, Silvio Báez.

En tanto, el bebé de 14 meses Teyler Lorío Navarrete, muerto por un disparo de la policía en el barrio Américas 1 de Managua mientras quitaban los bloqueos de esa zona, fue enterrado a mediodía en el cementerio Milagro de Dios.

¡Justicia, justicia!, gritaron familiares y amigos durante el desgarrador entierro.

Varios gobiernos y organizaciones han condenado las acciones de las fuerzas combinadas del gobierno de Ortega, uno de los comandantes del Frente Sandinista de Liberación Nacional (FSLN) que lideró la insurrección popular para derrocar al dictador Anastasio Somoza en 1979.

Como pueblo nicaragüense no estamos solos. Hay preocupación de muchos Estados, agregó Brenes.

La represión de fuerzas del gobierno de Nicaragua contra protestas opositoras se recrudeció este fin de semana en una crisis que se inició en abril por una protesta contra una reforma al sistema del seguro social, que posteriormente fue derogada, pero eso ya no fue suficiente, y la inconformidad creció junto con las protestas que han dejado ya unos 200 muertos.

Poco más de dos meses después de comenzar las protestas contra el gobierno, la economía de Nicaragua acumula pérdidas estimadas en más de mil 900 millones de dólares en turismo, construcción, comercio y finanzas, afirmó el economista Adolfo Acevedo.

En entrevista con Dpa, el experto dijo que el rubro más afectado es el turismo, debido a la estampida de visitantes extranjeros desde el 18 de abril, cuando una protesta estudiantil detonó la rebelión cívica que hoy exige la renuncia del presidente Daniel Ortega.