Frente a sus alumnos, Alejandra Wiechers impulsa la creatividad: Hoy vamos a trabajar con quimeras, les dice. Concentrada, dibuja con facilidad lo que se convierte en un ser mitad animal, mitad humano. Desde pequeña esta tapatía tuvo claro que el camino de la animación era suyo, y ahora combina métodos tradicionales y tecnológicos para crear proyectos que le han valido el reconocimiento en el Festival de Cine de Cannes.

Con apenas 25 años de edad, Wiechers ya cuenta con una pequeña y emergente trayectoria en el mundo de la animación. Lo que comenzó como proyecto al final de su carrera se convirtió en parte importante para el desarrollo de sus habilidades como profesional y, como enfatiza, lo logró gracias a la perseverancia y a las personas que confiaron en sus conocimientos.

Flubs es un proyecto elaborado con una técnica de animación que Alejandra denomina tradigital, porque toma elementos de animación tradicional y digital; la primera es aquella que se elabora a mano por el artista. Wiechers señala que este método es muy común en los largometrajes de antaño, donde se dibujaban cientos de bocetos en papel.

Trabajo arduo

“Para Flubs me puse a dibujar cuadro por cuadro, 24 cuadros por segundo.”

Wiechers asegura que la tecnología ayuda a que el talento de los artistas se potencie, porque además de utilizar las herramientas disponibles, también es un vehículo para crear redes de trabajo y acercar a personas con las mismas ideas y proyectos, asegura la también docente de la Universidad Marista de Guadalajara.

Fueron esas relaciones y el trabajo arduo, tanto suyo como de su equipo, con las técnicas tradigitales lo que le valió la oportunidad de presentar su cortometraje en el Festival de Cine de Cannes, donde Flubs fue exhibido el año pasado.

“Llegar al Festival de Cannes no fue lo más importante, sino toda la serie de aprendizaje que adquirimos al hacer Flubs, de lograrlo y regresar de eso y hacer más”, asegura.

Cuando era pequeña, Wiechers era cliente frecuente en las papelerías y en los puestos de periódicos. Sus cuadernos se acababan rápidamente porque le sobraban ideas para plasmar, y esas ideas se alimentaban de revistas de dibujo, que le enseñaron las técnicas básicas para desarrollar su talento. Todo el dinero que le daban sus papás, recuerda, era para esos fines.

Tiempo después, Wiechers decidió orientar sus esfuerzos a estudiar animación, carrera que cursó en la Universidad del Valle de Atemajac en Guadalajara. Durante las últimas clases de su pregrado empezó a desarrollar lo que posteriormente se convertiría en Flubs.

Aunque en un principio decidió trabajar sola para elaborarlo, un accidente y lesiones causadas por exceso de trabajo la obligaron a buscar compañeros que la apoyaran a cumplir con el cortometraje. Gracias a las manos extras logró terminar el proyecto, que posteriormente fue enviado al concurso donde fue seleccionado para su exhibición.

Actualmente Wiechers trabaja en su primer largometraje, el cual espera culminar en 2020.