Ofrece su respaldo al tabasqueño
Vamos a seguir luchando por un México sin corrupción y sin pobreza
Lunes 2 de julio de 2018, p. 9
El inobjetable triunfo de Andrés Manuel López Obrador fue reconocido sin reservas por Ricardo Anaya Cortés. De su postura rijosa se trasladó a la conciliación. Aceptó la derrota y asumió que su partido será la oposición que respaldará al nuevo presidente de la República en las coincidencias, pero con fortaleza se opondrá, por la vía institucional, al Ejecutivo cuando haya divergencias en la conducción del país.
Se adelantó al día después de la elección, cuando deba entregar cuentas de la conducción de su partido a los grupos que ya le reclaman.
Anoche el queretano siguió el paso al candidato del PRI, José Antonio Meade, que a las 20:17 horas reconoció que las tendencias no le favorecían y se inclinaban del lado del tabasqueño. En la sala de prensa del hotel Camino Real se presentó junto a su esposa y los dirigentes de la alianza de derecha-izquierda integrada por PAN, PRD y Movimiento Ciudadabo. Decenas de reporteros lo esperaban y un numeroso grupo de seguidores.
En privado, Anaya afinó junto con Jorge Castañeda y Santiago Creel el contenido de la aceptación de su derrota.
Su mensaje devino mitin. En el salón lo recibieron con el coro: Anaya, Anaya, Anaya
. Y él respondió: “Ninguna democracia funciona sin demócratas, por eso, porque creo en la democracia, porque soy un demócrata, digo hoy ante las y los mexicanos que la información de los resultados con la que cuento indica que la tendencia favorece a Andrés Manuel López Obrador.
“Como ya lo hice vía telefónica hace unos minutos hablé con él, reconozco su triunfo, le expreso mi felicitación y le deseo el mayor de los éxitos, por el bien de México.
“Con la misma transparencia debo reiterar que el gobierno federal usó facciosamente a la PGR (Procuraduría General de la República) y a otras instituciones para golpear mi campaña, lastimar mi candidatura. Si queremos que nuestro país sea verdaderamente democrático, esto no debe volver a suceder. Y también es cierto que lo ocurrido no mancha la victoria de Andrés Manuel López Obrador. La ciudadanía quería un cambio y votó mayoritariamente por la opción que él representa.
“Quienes construimos y respaldamos, bajo mi candidatura, como la de muchos otras mexicanas y mexicanos que hoy fuimos votados, lo hicimos en torno a un proyecto de nación claro. Luchamos por un Mexico libre, justo y soberano.
“Un México sin la corrupción, la desigualdad, la pobreza y la violencia que nos desgarran, y por ese México vamos a seguir luchando, defenderemos todos y cada uno de nuestros triunfos, gobernaremos ahí donde la gente nos dio su mandato y ejerceremos la función de contrapeso en el Legislativo, sin la cual no hay democracia que valga.
“Desde aquí le digo al próximo presidente de la República: en las causas que nos son comunes contará con nuestro apoyo, en la agenda en la que disentimos encontrará en nosotros una oposición tan firme y frontal, institucional y democrática.
“Como decía Maquío: ‘solo será derrotado aquel que ha dejado de luchar’. Y nosotros seguiremos en pie de lucha”, indicó.
La jornada para el candidato presidencial comenzó en Querétaro, donde acudió a votar junto a su familia en una casilla ubicada en el centro de la ciudad. De allí hasta las ocho de la noche, los reporteros se preguntaban sobre el destino de Anaya. Gerardo Pliego dio a conocer en corto que éste se concentró en su casa de campaña, ubicada en el edificio marcado con el número 325 de la avenida Horacio, en Polanco.
Desde el mediodía, los integrantes del equipo de Anaya acudieron al hotel Camino Real, donde fueron montadas dos salas, una de prensa y otra de conferencias. Alejandro Chanona y Fernando Rodríguez Doval hacían cuentas, pasadas las 13 horas, porque los primeros sondeos de salida prefiguraban la derrota de su candidato ante Andrés Manuel López Obrador.
También a la hora de la comida, los Chuchos, Jesús Zambrano y Jesús Ortega, se presentaron en el citado hotel, seguidos por un séquito de asistentes y acompañantes. Ambos, responsables de la negociación con el gobierno de Enrique Peña Nieto de las reformas estructurales, dibujaban sonrisas forzadas, y se refugiaron en un salón contiguo a la sala de prensa a esperar el resultado oficial de la jornada, tanto en Ciudad de México como a escalas federal y estatal.
Durante horas imperó el desánimo, conjugado con el sentimiento de derrota. Con el paso de las horas, la zozobra se apoderó de los panistas. Los más cercanos a Anaya se cruzaron de brazos. Otros más se arrellanaron en las sillas de la sala de prensa, en espera de alguna señal que les indicara que el resultado parcial de las encuestas podía ser revertido. Nada de eso sucedió. A la 20:40 horas, Anaya se presentó. Contenido, con la mueca de la sonrisa que lo caracteriza, y la mirada vidriosa asumió la derrota, le concedió el triunfo a López Obrador, y se retiró para preparar el día después, cuando los opositores a su dirigencia y candidatura reclamen la reconstrucción del PAN.